Joanna Dennehy, una mujer que nació para matar. Ella quería matar a nueve hombres, esa era la cifra escogida.
Un día de marzo de 2013, cuchillo en mano puso en marcha su plan y los móviles que luego confesó para sus crímenes fueron conseguir fama, bucear en su propia frialdad y divertirse.
Esta es la historia de una asesina en serie
Contra la creencia habitual de los expertos en psiquiatría sobre la historia personal de los asesinos violentos, la infancia de Joanna Dennehy fue, según sus propios familiares fue normal.
Nació en 1982 y creció en las afueras de Londres, en Harpenden, una pequeña ciudad de Hertfordshire.
Su niñez, fue feliz, durante toda la primaria se destacó en el colegio y en los deportes. Las dos hermanas, Joanna y María, compartían una habitación con camas marineras, eran muy unidas y hasta habían creado su propio vocabulario secreto.
En esa época, recuerda María Dennehy, Joanna era dócil, nada agresiva y jugaba con muñecas. Y, en el colegio, protegía a su hermana menor: si alguien le decía algo hiriente.
Para sus padres, Joanna era la hija “inteligente” y llegaron a soñar con que estudiaría derecho. Esperaban mucho de su hija mayor.
El momento del cambio
Su hermana indicó que cuando Joanna entró a la secundaria todo cambió: «Había una chica que amábamos y que un día se convirtió en un monstruo».
Joanna se convirtió en desafiante y enfrentaba a sus padres. Cuando tenía 13 años se escapó de su casa con un joven de 18.
Comenzó a robarles dinero, a tomar alcohol y a consumir drogas. Lograron que regresara, pero se fugó una vez más. La vida familiar con ella se volvió incontrolable según reseñó Infobae.
Al cumplir los 17, Joanna se embarazó por primera vez dejó de consumir drogas y alcohol para cuidar al bebé que venía en camino.
En 1999, nació su hija mayor: Shianne. Unos tres años más tarde, llegó su segundo hijo. Poco tiempo después de haber tenido a los chicos, Joanna volvió a las andadas y a los excesos.
Abandonó a sus hijos y salía por ahí. El descontrol era absoluto. Empezó a manifestarse con extrema violencia.
En el año 2009, John Treanor, angustiado se marchó con sus dos hijos, que tenían 10 y 7 años luego de que ella lo amenazara.
John se mudó a Glossop, en Derbyshire y se dedicó a cuidarlos. No volvió a saber de ella hasta que ocurrieron los crímenes.
Raid mortal
En 2012, Joanna enfrentó cargos por agresión y estuvo presa. Ese mismo año, pasó unos meses en el hospital de la ciudad de Peterborough donde le diagnosticaron con personalidad antisocial.
Al ser dada de alta del hospital recurrió a una agencia inmobiliaria llamada Quicklet para hallar una habitación dónde vivir. El copropietario de la agencia se llamaba Kevin Lee y tenía 48 años. Él le dijo que también podía darle trabajo: le encargó que lo ayudara a desalojar a los inquilinos que no pagaban.
Joanna era bella, controladora, sexy y provocativa. También la describen como audaz y entradora sabía camuflar su carácter agresivo. Los hombres no se le resistían.
Sus crímenes
Su primer crimen ocurrió en una de esas casas que ella cuidaba para su empleador.
Lukasz Slaboszewski, era el nombre de su primera víctima. Habían comenzado una relación al punto que él llegó a alardear con sus amigos sobre su “novia” inglesa.
El martes 19 de marzo de 2013, Joanna le mandó un mensaje por celular para que se encontraran en una casa de Welland. Él llegó con promesas de un encuentro sexual, pero apenas traspasó la puerta, ella le atravesó el corazón con un pequeño cuchillo.
Diez días después, el 29 de marzo, asesinó a su compañero de vivienda, John Chapman, de 56 años. Era un exmarino, veterano de la guerra de Malvinas. Si bien la policía concluyó que lo apuñaló mientras dormía indefenso, Joanna sostuvo lo contrario: dijo que lo acuchilló porque él no salía del baño donde ella estaba.
Kevin Lee sería su tercera víctima, su casero con quien además mantenía relaciones, le escribió que tendrían sexo sadomasoquista, el hombre acudió enseguida a su encuentro. La cita era en aquella casa donde Joanna mató Lukasz, sin piedad lo apuñaló cinco veces perforando sus pulmones y su corazón.
La cuarta víctima de esta mujer fue un hombre al azar, escogió a un hombre que paseaba a su perro y lo apuñaló por la espalda. Era Robin Bereza, de 64 años.
Nueve minutos después, acuchilló a John Rogers, de 56 años, que también paseaba a su mascota. Le dio treinta puñaladas. Estaba segura de que lo había matado.
Los dos últimos hombres atacados lograron sobrevivir.
En los videos de la detención, se la ve coqueteando con los policías que la arrestaron, haciendo bromas y agradeciendo que dijeran que ella era “pequeña”.
Su proceso judicial
Durante el proceso judicial, Joanna fue diagnosticada por los especialistas como psicópata. Había admitido sin reparos haber matado y no demostraba ningún tipo de arrepentimiento.
El Tribunal Penal de Old Bailey de Londres no ahorró ningún adjetivo a la hora de calificarla. Dijo que Joanna Dennehy era una “mentirosa compulsiva, calculadora, manipuladora, maliciosa y cruel”.
El 28 de febrero de 2014, fue condenada a cadena perpetua por los tres homicidios y los dos intentos de asesinato. Morirá algún día en la prisión HMP Bronzefield, de Surrey, sin posibilidad de libertad condicional.