Ha faltado hasta en 3 oportunidades por la obra de la calle Arica
El consejo en pleno votó a favor de elevar una queja ante el gobernador regional de Tumbes, Segismundo Cruces Ordinola y Contraloría en Tumbes, contra el gerente de infraestructura, Lenin Ávika Silva, tras faltar hasta en 3 oportunidades al Consejo a rendir cuentas sobre la obra de la calle Arica y otros proyectos que han generado malestar ante la población.
La semana pasada Lenin Avila fue citado al pleno del consejo, pero el funcionario envío un documento, informando que se encontraba en la ciudad de Lima, por lo que nuevamente no fue posible que informara sobre la problemática que pasa la obra de la calle Arica, su lento avance y la grave contaminación que ha generado las aguas residuales para los vecinos que habitan por la zona.
«También debe informar si la empresa contratista ya presentó la ampliación de plazo y si el gobierno ya aceptó, bajo que condiciones se han dado; son cosas que debió informar hace tiempo, pero es su tercera oportunidad y no ha venido», sostuvo Alemán Ramírez.
El presidente de la comisión de infraestructura del Consejo Regional, Diego Alemán Ramírez, indicó que no sólo es esa obra la que tiene problemas en su avance, sino también el colegio Efraín Arcaya, que hasta la fecha los alumnos no pueden instalarse en las aulas pre fabricadas que debió entregar la empresa contratista a inicio del año.
El otro colegio cuyo avance físico se ha estancado es Inmaculada Concepción, donde a pesar de los reclamos de los padres de familia, no se ha vuelto a ver trabajadores en el lugar, tampoco se ha informado los motivos por el cual la obra no avanza.
Estos hechos, han provocado el malestar en los consejeros quienes no avanzan con sus investigaciones y las soluciones que exige la ciudadanía ante la poca información que se tiene sobre estos casos.
La obra del Hospital Sagaro también se encuentra pendiente tras el pedido de viaje a la República de China del gobernador regional y funcionarios, quienes a pesar de que han desistido aún se pretende que la supervision viaje con dinero de la empresa contratista, hechos que podrían configurarse como colisión, los que lo mantienen en alerta.