Autoridades no toman acciones y en cualquier momento puede suceder una tragedia
El puente Monteo, ubicado en el distrito de Corrales y a escasos metros del ingreso a la ciudad de Tumbes, sigue representando un peligro latente para transportistas y pasajeros debido a las grietas y enormes agujeros que se han formado en su estructura. A pesar de las reiteradas quejas de los conductores y la intervención de la congresista Magally Santisteban, quien exigió al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) su mantenimiento el año pasado, las autoridades aún no cumplen con solucionar el problema.
El mal estado del puente pone en constante peligro a quienes transitan por esta importante vía de la Panamericana Norte, una arteria clave para el transporte en la región. Los agujeros y grietas no solo dificultan la circulación, sino que pueden ocasionar accidentes fatales que cobrarían vidas humanas. Los transportistas han advertido sobre el riesgo inminente, pero sus llamados han sido ignorados por las autoridades responsables.
El gobernador regional de Tumbes, Segismundo Cruces Ordinola, y los directores encargados de gestionar las reparaciones han sido duramente cuestionados por “dormir en sus laureles”, dejando expuesta a la ciudadanía a un peligro que podría evitarse con acciones inmediatas.
El puente Monteo fue construido recientemente por el Ministerio de Transportes, pero ya presenta un deterioro acelerado, lo que ha llevado a la población a exigir una investigación sobre la empresa contratista encargada de la obra. Ante las condiciones deplorables de la estructura y la vigencia de la garantía, se ha solicitado que sea la contratista quien asuma las reparaciones necesarias. Sin embargo, hasta la fecha no se han visto avances en este sentido.
La ciudadanía adyacente al puente ha expresado su indignación ante la falta de atención por parte de las autoridades distritales, provinciales y regionales. Han exigido acciones inmediatas para resolver esta problemática que afecta la seguridad de todos los que transitan por el lugar.
“¿Hasta cuándo tendremos que esperar? ¿Acaso debemos lamentar una tragedia para que las autoridades actúen?”, cuestionan los vecinos, quienes denuncian la desidia de sus representantes.