Deficiencias estructurales, falta de equipos y condiciones deplorables. A Victoria Castillo y Lenin Ávila no les importa este daño a la salud del pueblo
La Contraloría General de la República ha encendido nuevamente las alarmas sobre el deplorable estado del Puesto de Salud Vaquería, en Tumbes. Un reciente informe de control revela graves irregularidades que afectan directamente la conservación de medicamentos, dispositivos médicos y productos sanitarios, poniendo en riesgo la atención a la población de esta localidad. Sin embargo, lo más indignante es que las observaciones ya reportadas en inspecciones anteriores no han sido subsanadas, dejando en evidencia una falta de interés y gestión por parte de las autoridades responsables.
Condiciones deplorables en la farmacia de Vaquería. El informe detalla un escenario crítico. El espacio asignado para la farmacia no es exclusivo, sino que comparte ambiente con el consultorio de medicina, separado apenas por biombos. Esto no solo dificulta el acceso rápido a los productos, sino que además expone los medicamentos a la manipulación de personas no autorizadas.
Por si fuera poco, el aire acondicionado, vital para garantizar la conservación de ciertos medicamentos, lleva más de seis meses inoperativo, a pesar de múltiples solicitudes de reparación. Según el documento, esta situación no solo pone en peligro la estabilidad de los productos farmacéuticos, sino que además expone a los pacientes a recibir tratamientos ineficaces o deteriorados.
Además, se encontraron cajas de medicamentos colocadas directamente sobre camillas y superficies sin protección adecuada, expuestas a polvo, humedad y otros agentes contaminantes. En un acto de absoluta negligencia, la farmacia ni siquiera cuenta con un refrigerador exclusivo, obligando al personal a utilizar el equipo del laboratorio para almacenar medicamentos como la ergometrina, esencial para prevenir hemorragias posparto.
Carencia de servicios básicos y seguridad. Como si todo esto no fuera suficiente, el puesto de salud ni siquiera cuenta con servicios higiénicos adecuados. Los trabajadores han improvisado un ambiente para cubrir sus necesidades fisiológicas, el cual carece de condiciones mínimas de salubridad, exponiéndolos a bacterias y virus que también podrían afectar a los pacientes.
La ausencia de extintores en la farmacia también fue evidenciada, contraviniendo normas básicas de seguridad. En caso de emergencia, tanto el personal como los pacientes estarían completamente desprotegidos.
Victoria Castillo se burla de la salud pública y solo pensaría en su campaña. La indignación crece al observar que la directora regional de salud, Victoria Castillo, parece estar más ocupada en una campaña política futura para la postulación a la alcaldía de Corrales que en cumplir con sus responsabilidades actuales. A pesar de los reiterados informes y solicitudes, no ha tomado acción alguna para corregir estas irregularidades, condenando a los ciudadanos de Vaquería a depender de un sistema de salud colapsado y abandonado.
Un gerente de infraestructura que solo promete. El gerente de Infraestructura del Gobierno Regional de Tumbes, Lenin Ávila, no quedó exento de críticas. En múltiples oportunidades prometió culminar las obras en el Puesto de Salud Vaquería, pero esas promesas han quedado en el aire. Su falta de acción ha perpetuado las deplorables condiciones de este centro, que es el único en toda la localidad. Ávila no solo debe dar respuestas, sino acciones concretas para garantizar una atención digna a los tumbesinos.
Irregularidades recurrentes y sin solución. La Contraloría recuerda que las observaciones realizadas en inspecciones anteriores tampoco han sido atendidas. Desde deficiencias en infraestructura hasta desabastecimiento de medicamentos, los problemas parecen agravarse con cada visita de control. Estas falencias no solo reflejan una administración negligente, sino también un desprecio por el bienestar de la población.
¿Cuánto más deberá soportar Vaquería?. Los tumbesinos están hartos de las excusas. La salud no puede seguir siendo relegada por intereses políticos o promesas vacías. Mientras Victoria Castillo y Lenin Ávila se cruzan de brazos, los pacientes de Vaquería enfrentan riesgos innecesarios en un puesto de salud que debería ser un pilar de atención básica.
Es hora de que las autoridades asuman su responsabilidad. Tumbes no merece este abandono, y Vaquería no puede seguir siendo víctima de la incompetencia de quienes juraron trabajar por su desarrollo.