Nuestro medio constató las terribles condiciones en las que se encuentra el cementerio El Carmen de Tumbes y los riesgos que provocan a la salud e integridad física de quienes viven cerca al perímetro de las paredes antiguas de este campo santo.
A espaldas de dicho establecimiento, se encuentra una pared derrumbada por la antigüedad que a sido cubierta de cañas, donde las personas de mal vivir ingresan con facilidad para aprovecharse de los adornos y flores frescas que colocan las personas en las tumbas de sus difuntos.
Una moradora indicó que la Beneficencia no hace nada el respecto y solo se ha preocupado por lucrar y brindar los espacios de la beneficencia a propietarios de restaurante.
“Esta pared esta derrumbada hace mas de dos años, solo ha sido cubierta por cañas. La Beneficencia no hace nada al respecto, nosotros tenemos que cerrar las puertas de la casa temprano, porque de ahí salen personas de mal vivir. Entran a fumar y se roban los adornos que colocan las personas en sus tumbas”, dijo una moradora que vive a espaldas del cementerio.
Muchos indican además que la Beneficencia Publica dirigida por el Abogado Juan Carlos Escobar, se aprovecha de quienes quieren enterrar a sus difuntos, ya que los precios de los terrenos dentro de este campo santo, oscilan desde los 3 mil a 5 mil soles, cantidad que no estaría al alcance de las personas de escasos recursos económicos.
“A mi me dijo una familiar que cuando fue a preguntar a la Beneficencia por un terreno, le dijeron que costaba hasta 5 mil soles, pero si usted entra joven, no tienen espacio ya en este cementerio, está totalmente copado, pero sin embargo se están aprovechando”, dijo la moradora.
El perímetro del cementerio también se encuentra lleno de basura, donde las personas ante la ausencia del carro colector, queman los desperdicios que duermen por días.
Se espera que el dinero recaudado por la Beneficencia por el alquiler de su cochera, venta de terrenos, alquiler de paneles y el alquiler de un restaurante recién inaugurado, sirva para darle mantenimiento a este campo santo, que es mal visto por los pobladores.