El detenido vestía zapatillas similares a las registradas por cámaras de videovigilancia el día del atentado con explosivos contra la pollería “El Meme
Agentes del Área de Investigación de Extorsiones de la División de Investigación Criminal (Depincri) de Tumbes capturaron este sábado a un sujeto en posesión de una carga explosiva y un manuscrito con amenazas directas, en lo que aparenta ser un nuevo episodio de intimidación vinculada a redes extorsivas.
El detenido ha sido identificado como Edwin Anderson Ruiz Gonza, de 26 años, quien fue intervenido a la 1:30 de la tarde del sábado 5 de abril en la avenida Fernando Belaúnde Terry, en el centro poblado Andrés Araujo Morán. Según fuentes policiales, el individuo intentó huir al notar la presencia del personal policial, pero fue rápidamente reducido.
Durante el registro personal, se le halló un manuscrito con un mensaje alarmante: “Jarol Morán retira la denuncia o te mueres. Comunicado de L.M.S…”, junto a un artefacto explosivo. La amenaza no deja lugar a dudas sobre su naturaleza criminal y presuntamente extorsiva, en un contexto donde las denuncias se convierten en sentencias de muerte para quienes se atreven a alzar la voz.
Ruiz Gonza quedó detenido y se encuentra bajo custodia mientras se desarrollan las diligencias de ley. El caso ha sido puesto en conocimiento del fiscal de turno, David Salier Vargas, de la Primera Fiscalía Provincial Penal de Tumbes.
Un dato preocupante revelado por la Policía es que el detenido vestía zapatillas similares a las registradas por cámaras de videovigilancia el día del atentado con explosivos contra la pollería “El Meme”, en un hecho que estremeció a la ciudadanía y que, hasta hoy, sigue sin esclarecerse del todo.
La captura de Ruiz Gonza podría ser clave para desbaratar una red que, a punta de dinamita y amenazas, ha sembrado el miedo en varios sectores comerciales de la región. Sin embargo, el caso también revela la fragilidad del sistema de protección a denunciantes y la preocupante escalada del crimen organizado en Tumbes, donde el Estado parece ir siempre un paso atrás.
Las autoridades tienen ahora la responsabilidad de investigar a fondo las conexiones del detenido, identificar a los autores intelectuales detrás del mensaje y garantizar la seguridad de la víctima amenazada, cuya vida claramente corre peligro.