Al menos 25 personas, incluido un policía, murieron en un tiroteo ocurrido en la mañana de este jueves en una favela de Río de Janeiro.
El suceso tuvo lugar durante un operativo de la policía en el barrio de Jacarezinho.
La policía dice que incursionó ahí después de recibir informes de que narcotraficantes estaban reclutando niños para sumarlos a su pandilla.
Las autoridades confirmaron la muerte de uno de sus agentes, el inspector Andre Leonardo de Mello Frias. En un comunicado publicado en Facebook, dijeron que «honró la profesión que amaba y será extrañado».
«Este es uno de los números de muertos más grandes en una operación de la policía en Río», dijo el jefe de policía, Ronaldo Oliveira, a la agencia Reuters.
Dos pasajeros de que viajaban en el metro cercano fueron alcanzados por balas perdidas, pero sobrevivieron.
En Facebook, la Secretaría de la Policía Civil dijo que «lamenta, también, las víctimas inocentes» lesionadas en el metro.
Según medios locales, la pandilla objetivo de esta redada se dedica al tráfico de drogas, atracos, asesinatos y secuestros.
Las imágenes de televisión mostraban a sospechosos fuertemente armados tratando de escapar por los tejados cuando la policía ingresaba a la favela.
Protestas y denuncias
El operativo policial, considerado como uno de los más mortales en la historia de la ciudad, ha sido cuestionado por el aparente uso excesivo e innecesario de la fuerza.
Residentes locales de la favela Jacarezinho salieron a protestar el jueves por lo ocurrido y dijeron que los agentes entraron en las viviendas sin mostrar órdenes de allanamiento y mataron a sospechosos que querían rendirse.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU expresó su preocupación por las denuncias sobre los supuestos excesos policiales ocurridos y abogó por la realización de una investigación independiente
La Policía negó que sus agentes hubieran cometido delitos y afirmó que actuaron en defensa propia.
«No podemos seguir viviendo aquí»
La Policía Civil de Río de Janeiro informó que alrededor de las 07:30 hora local del jueves inició un operativo contra traficantes en Jacarezinho.
Según el comunicado, identificaron mediante labores de inteligencia a 21 integrantes de la banda, encargados de garantizar el dominio del territorio mediante el uso de armas.
«Se pudo caracterizar la asociación de estas personas con la organización criminal que domina la región, donde se instaló una típica estructura de guerra, con cientos de ‘soldados’ armados con rifles, pistolas, granadas, chalecos balísticos, ropa camuflada y todo tipos de accesorios. militares «, según la policía.
Tras el incidente, los habitantes de Jacarezinho compartieron en redes sociales fotos y descripciones de lo sucedido.
Un vecino publicó una foto del piso de su casa cubierto de sangre y dijo que dos personas habían muerto ahí en la persecución de la policía a los presuntos criminales.
El hombre, que no quiso dar su nombre, dijo que intentaría salir del área lo antes posible: «Estamos intentado vender la casa lo más rápido posible, no podemos seguir viviendo aquí».
Otros dijeron que los policías les quitaron sus teléfonos, acusándolos de haber alertado a los pandilleros de la redada.
El profesor de sociología Ignacio Cano, del Laboratorio de Análisis de la Violencia de la Universidad Estatal de Río, desestimó las razones que dio la policía para el allanamiento.
«Decir que los narcotraficantes reclutan a niños y adolescentes para traficar drogas es casi ridículo, porque todos saben que estas pandillas tienen menores que trabajan para ellos», señaló al diario O Dia.
«Decir que vas a lanzar una redada masiva porque has descubierto que los traficantes reclutan niños es una broma».
Río de Janeiro es uno de los estados más violentos de Brasil y amplias zonas están bajo el control de delincuentes, muchos de ellos vinculados a poderosas bandas de narcotraficantes.
Las fuerzas de seguridad en Brasil a menudohan sido acusadas de uso excesivo de la fuerza contra la población civil durante operaciones contra el crimen en las principales ciudades.
Un fallo judicial en junio pasado restringió la acción policial en los barrios pobres de Río durante la pandemia, a menos que se considerara esencial.
Río de Janeiro es la ciudad con el mayor porcentaje de personas que viven en barrios marginales en Brasil, con 22%. Tiene una población de 1,3 millones, el 70% de los cuales son de raza negra.
BBC Mundo