Alrededor de 220 millones de toneladas de la producción de alimentos de América Latina y el Caribe se pierde desde la etapa posterior a la cosecha hasta la venta al por menor, según un informe de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Esta pérdida representa al 12% de la producción total, unos 330 kilos per cápita al año, con un valor económico aproximado de US$ 150,000 millones.
Según la FAO este es un problema de enorme magnitud, especialmente teniendo en cuenta que más de 62 millones de personas viven en inseguridad alimentaria severa en la región.
«Los indicadores revelan el gran impacto de la situación (de la pérdida de alimentos) en la región, y la pandemia nos enfrenta a un aumento en la pobreza y una desaceleración económica que agravan el panorama. A esto le agregamos el alto costo que tiene la dieta saludable en Latinoamérica y el Caribe, que según FAO es la más alta en costo a nivel global», indicó el Parlamento Latinoamericano y Caribeño (Parlatino) a través de un comunicado.
Ante esta situación, el FAO presentó al Parlatino una «ley modelo» que busca combatir la situación para apoyar a la agricultura familiar con programas de innovación e infraestructura en post-cosecha y procesamiento.
La Comisión de Agricultura, Ganadería y Pesca del Parlatino destaca la necesidad de sensibilizar frente tema del flagelo alimentario que aqueja la región y resaltó la importancia del derecho a la alimentación y que los países ejerzan una verdadera soberanía alimentaria, pues son problemáticas sociales que se han acentuado con la pandemia.
EFE