Tres muertes violentas se registran en 48 horas en una región declarada en emergencia; la población exige acciones concretas de las autoridades
La provincia de Zarumilla, pese a estar declarada en emergencia desde hace más de un año, sigue siendo escenario de una escalada de violencia imparable. La noche del viernes, sicarios acabaron con la vida de Saúl Isacc Ipanaque Sernaqué, conocido con el alias de “Chema”, en el distrito de Aguas Verdes.
El ataque se registró en el asentamiento humano 28 de Julio. “Chema” fue sorprendido por los asesinos y recibió cerca de ocho impactos de bala que le causaron la muerte de manera instantánea. Pese a la desesperación de sus amigos por salvarlo, quienes lo trasladaron rápidamente a la posta de salud más cercana, los médicos de turno solo pudieron certificar su deceso.

Este nuevo crimen se suma a una racha alarmante, totalizando tres muertes violentas en menos de 48 horas en la región. Las autoridades presumen que estos ataques están relacionados con disputas entre bandas rivales por la hegemonía territorial, especialmente en la zona de frontera.
La población de Zarumilla ha expresado su sentimiento de abandono e impotencia ante el incremento de muertes por encargo que no cesan desde enero de este año, a pesar del estado de emergencia.
Mientras Tumbes se desangra, las críticas apuntan a la inoperancia de las autoridades regionales. Un ejemplo es el proyecto para la construcción de la central 105 en el Gobierno Regional, cuya licitación aún no se ha lanzado, sin que el gobernador, Segismundo Cruces Ordinola, brinde explicaciones claras sobre la demora. La ciudadanía lamenta que la inversión no se enfoque en prioridades como seguridad, salud y educación, en medio de estas alarmantes estadísticas.