Según la Organización de las Naciones Unidas, el Perú es el país que alberga a más migrantes venezolanos después de Colombia. Además, cerca de 490.000 han solicitado la condición de refugiados. Cada día, extranjeros cruzan la frontera nacional después de haber caminado días, semanas y hasta meses. En Venezuela, la situación económica no les ha permitido contar con un trabajo digno ni mucho menos acceder a la canasta básica familiar. Ya en territorio patrio, muchos esperan que su situación mejore y así, en algunos casos, sustentar económicamente a sus familiares.
Hace cuatro años, Villa Chamito no existía. Era un terreno baldío y abandonado frente a los Manglares de Tumbes, a unos kilómetros de la frontera con Ecuador. Los migrantes que llegaron a ese lugar vieron una oportunidad para establecerse junto a sus familias y así crearon el asentamiento 10 de Junio, más conocido como Villa Chamito, integrado en la actualidad por 260 niños de 65 familias venezolanas.
Hoy por hoy, el lugar baldío de antaño ya no tiene el mismo rostro. Ahora cuenta con casas prefabricadas, algunas incluso de dos pisos. Las familias que se han asentado en esta zona esperan que las autoridades peruanas no las desalojen y que reconozcan esos terrenos como de su propiedad.
También mencionaron que no pueden acceder a tener servicios de energía eléctrica, puesto que han constituido un asentamiento, por lo que deben desalojar el espacio. Sin embargo, aún no hay una orden oficial. “Vamos a pedir ser reubicados porque no tenemos a dónde ir”, lamentó Fabiola Cuicas, fundadora del asentamiento humano 10 de Junio.
Pese al esfuerzo de las autoridades por resguardar esta zona limítrofe con Ecuador, cada día extensos grupos de extranjeros encuentran la forma de evadir esta seguridad y llegar a tierras peruanas. En algunos casos, atraviesan trochas y caminos peligrosos, después de todo, se trata de solo unos metros más a todo lo que ya llevan caminando.
El paso regular de frontera es a través de un puente; sin embargo, en algunos casos, deben optar por otras vías, en las que los niños son los más expuestos a los peligros, puesto que tienen que dormir a la intemperie y pasar hambre por largos periodos de tiempo.
RESURGIR. En la villa Puerto Pizarro, estas familias venezolanas han construido sus viviendas rústicas en el asentamiento humano 10 de Junio, más conocido como la avenida Venezuela.
La mayoría de ellos llegó a esta zona porteña a trabajar en la pesca, construcción civil, gastronomía, transporte público, entre otros oficios, con la ilusión de ahorrar y traer al resto de su familia que radica en Venezuela.
Wladimir José Barreto Escalona, de 31 años, contó que llegó el año 2017 a Tumbes, apenas con un poco de dinero para su alimentación. “Llegué con mi suegro al Perú con la intención de trabajar y ahorrar dinero. Unos amigos nos hablaron para trabajar como estibador de pescado en Puerto Pizarro. Luego como tenía conocimiento de mecánica el dueño de un taller me dio trabajo y después con mis ahorros pude tomar la administración del negocio tras arreglar con el propietario”, manifestó Wladimir Barreto, quien además vive en el nuevo asentamiento 10 de Junio.
Por su parte, Radima Rojas Díaz, de 32 años, quien residía en el estado de Miranda, en Venezuela, dijo que llegó en el mes de julio del 2020 a territorio peruano.
“Estuve un corto tiempo en Chincha, en la región Ica, después me vine a Tumbes, donde estuve laborando como ayudante de cocina en un restaurante de Puerto Pizarro, debido a que no tenía para pagar el alquiler de una habitación decidí invadir un lote en el asentamiento humano 10 de Junio. Ahora vivo junto a mi familia”, sostuvo Radima Rojas.
En tanto, Bruno Morales Moreno (50), es natural del estado de Aragua, en Venezuela, tras trabajar en construcción civil consiguió ahorrar dinero y hoy tiene una bodega en el barrio venezolano.
“Gracias a Dios las cosas me están saliendo bien, trabajo junto a mi esposa y mis hijos. Tener conocimiento en construcción civil me sirvió para conseguir rápidamente trabajo y traer a mi familia. Seguimos adelante para lograr una mayor estabilidad económica”, precisó Morales.