Existe riesgo para la salud de los estudiantes ya que donde preparan los alimentos no se cumple con los estándares mínimos de higiene
La Contraloría General de la República emitió un informe en el que señala graves irregularidades en la ejecución del servicio de alimentación de desayunos y almuerzos para los estudiantes de la Universidad Nacional de Tumbes (UNT), correspondiente a los semestres académicos 2024-I y 2024-II. El Informe de Hito de Control N.º 039-2024-OCI/3550-SCC detalla que el proveedor encargado, el Consorcio Universitario, ha incumplido varias de las condiciones contractuales, comprometiendo la legalidad, calidad y oportunidad del servicio, además de poner en riesgo la salud nutricional de los estudiantes beneficiarios.
Inicio irregular de la ejecución del servicio. El Consorcio Universitario inició el servicio de alimentación sin cumplir con las condiciones estipuladas en el contrato, lo que generó una situación adversa que afecta la adecuada prestación del servicio y su impacto en la comunidad estudiantil. La Contraloría observó diversas deficiencias en los locales donde se debería prestar el servicio de distribución de raciones.
Uno de los locales ubicados en la calle Francisco Navarrete, destinado a atender a los estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas, estaba cerrado en el momento de la inspección. Este hecho viola los términos establecidos en el contrato, que indican que los locales de atención deben estar disponibles para los estudiantes y con los alimentos listos al menos 15 minutos antes del inicio del horario de atención. La falta de acceso a este local obligó a que los desayunos y almuerzos fueran trasladados directamente a la facultad, lo que causó retrasos e incumplimientos en la entrega de las raciones.
Condiciones inadecuadas en los locales de atención. Otra de las observaciones más graves detectadas fue que el módulo de distribución de alimentos en la ciudad universitaria, frente a la Escuela de Psicología, no contaba con una infraestructura adecuada para la atención y distribución de alimentos. A pesar de que en este lugar debía instalarse un espacio de atención alimentaria, las inspecciones revelaron la inexistencia de tal infraestructura, lo que obligó a que la distribución de alimentos se realice en un comedor improvisado ubicado detrás de las oficinas administrativas. En dicho espacio se encontraron carpas y mesas de plástico que no cumplían con los requisitos sanitarios adecuados.
Riesgos para la salud y falta de higiene. Uno de los puntos más críticos fue la constatación de que las instalaciones donde se preparan los alimentos no cumplen con los estándares mínimos de higiene. Se observó que los ambientes destinados a la producción de raciones presentaban deficiencias severas, como la falta de dispensadores de jabón líquido y secadores de mano en los baños del personal, así como la ausencia de puertas que separen las áreas de cocina y comedor, lo que facilita la contaminación cruzada de los alimentos. Además, las áreas de cocina contaban con aberturas sin protección contra insectos, lo que eleva el riesgo de contaminación por plagas.
Asimismo, los inspectores hallaron recipientes de residuos sólidos sin tapas, lo que supone un peligro de contaminación en los espacios donde se manipulan alimentos. También se detectó que las ollas y recipientes utilizados en la preparación de los alimentos estaban en contacto directo con el suelo, lo que va en contra de las normas de higiene alimentaria.
Manipulación inadecuada de alimentos. Otro aspecto preocupante es que el personal encargado de la manipulación de alimentos no vestía la indumentaria requerida por el contrato y las normas sanitarias. Durante las inspecciones, se observó que los trabajadores usaban jeans y camisetas negras en lugar del uniforme blanco de protección que debía cubrir todo el cuerpo. Esta observación fue corroborada por la nutricionista responsable del servicio, quien también señaló que esta situación debía ser corregida para garantizar la seguridad alimentaria de los estudiantes.
Distribución irregular y entrega de raciones a personal administrativo. Aparte de los problemas de infraestructura e higiene, la Contraloría también detectó que las raciones de comida, que deberían ser exclusivamente para los estudiantes, estaban siendo entregadas al personal administrativo de la universidad. Esta situación no solo contraviene los términos del contrato, sino que reduce la cantidad de alimentos disponibles para los estudiantes, quienes son los principales beneficiarios del programa.
La entrega de raciones ha sido irregular, con una distribución exagerada de alimentos en momentos de baja afluencia de estudiantes, como durante los exámenes aplazados, donde se distribuyeron 640 raciones para desayunos, a pesar de que muchos estudiantes no se encontraban en el campus. Esta distribución excesiva de alimentos en periodos de poca actividad estudiantil representa un mal uso de los recursos asignados para el servicio.
Ante estas situaciones adversas, la Contraloría ha recomendado que la Universidad Nacional de Tumbes tome medidas inmediatas para corregir las deficiencias detectadas. Se espera que se realicen las acciones correctivas necesarias para garantizar que el servicio de alimentación cumpla con los estándares de calidad, legalidad y seguridad alimentaria que exige el contrato.
Además, la Contraloría ha instado a las autoridades de la universidad a que presenten un informe detallando las acciones preventivas y correctivas que adoptarán para subsanar estas irregularidades y asegurar que los estudiantes reciban un servicio de alimentación adecuado, seguro y dentro de los plazos establecidos.