Un nuevo informe del Órgano de Control Institucional (OCI) de la Universidad Nacional de Tumbes ha revelado serias irregularidades en la ejecución del saldo de obra de la Escuela Académico Profesional de Educación – Segunda Etapa, poniendo en evidencia inconsistencias entre el residente y el supervisor de obra respecto a su culminación, además de deficiencias técnicas que podrían afectar la operatividad del proyecto.
El informe de hito de control 006-2025, emitido el 11 de marzo de 2025, expone que el residente de obra Hernán Távara Monzón registró en el cuaderno de obra digital la finalización del proyecto el 20 de febrero de 2025, fecha en la que, según su versión, se habría cumplido con todas las partidas contratadas. No obstante, apenas cinco días después, el supervisor de obra José Raúl Vásquez Jinéz contradijo esta declaración, indicando que la obra aún no se encontraba concluida, ya que presentaba trabajos inconclusos y deficiencias en la instalación de ciertos elementos clave.
El equipo de la Comisión de Control realizó tres visitas de inspección los días 21, 28 de febrero y 4 de marzo de 2025, evidenciando problemas significativos que ponían en entredicho la correcta ejecución del proyecto.
El 21 de febrero, durante la primera inspección, se constató la presencia de personal aún trabajando en la obra, realizando tareas de resane y limpieza, lo que evidenciaba que el proyecto no estaba completamente terminado. Se verificó también la falta de instalación de puertas y ventanas en la parte superior de la edificación. Llamativamente, el supervisor de obra no se encontraba presente en el lugar.
El 25 de febrero, el supervisor de obra desmintió oficialmente en el cuaderno de obra digital la versión del residente, detallando que la infraestructura aún presentaba partidas sin ejecutar, incluyendo pintura interior y exterior, instalación de ventanas y mamparas, así como conexiones eléctricas incompletas.
El 28 de febrero, en una nueva inspección, la Comisión de Control verificó que recién en esta fecha se instalaron las puertas y ventanas que el residente había asegurado que ya estaban terminadas desde el 20 de febrero. Asimismo, se constató que el personal continuaba con trabajos de limpieza y resanes debido a daños causados por precipitaciones pluviales.
El 4 de marzo, en la última inspección, se confirmó que el proyecto aún no había sido recibido oficialmente, pese a los reiterados intentos del residente de obra por agilizar su trámite. Además, nuevamente se detectó la ausencia del supervisor de obra, lo que dejó en evidencia una grave falta de control y fiscalización en la supervisión del proyecto.
El informe de la Contraloría advierte que las irregularidades detectadas podrían derivar en la aplicación de penalidades para el contratista, debido al incumplimiento de las obligaciones contractuales. La normativa vigente establece que el contratista es responsable de ejecutar la totalidad de las prestaciones a su cargo dentro de los plazos estipulados, por lo que cualquier retraso injustificado puede acarrear sanciones económicas.
En este caso, el contrato de ejecución de obra ascendió a S/ 1,514,276.56, y la culminación sufrió retrasos debido a trabajos pendientes que el residente no había informado correctamente.
Uno de los riesgos más graves que alerta la Contraloría es que la Universidad Nacional de Tumbes podría reconocer y pagar por trabajos que no han sido efectivamente ejecutados o que presentan deficiencias, afectando directamente la correcta administración de los recursos públicos.