La Dirección Ejecutiva de Salud Ambiental verificó la calidad del agua y condiciones sanitarias para prevenir riesgos y asegurar espacios seguros
La Dirección Ejecutiva de Salud Ambiental (DESA) de Tumbes ha iniciado una serie de inspecciones inopinadas a locales con piscinas con el objetivo de verificar el cumplimiento de las condiciones sanitarias y garantizar la salud de los usuarios. Estas acciones forman parte de un esfuerzo continuo para asegurar que las piscinas sean espacios seguros y saludables para la población, especialmente en temporadas de mayor afluencia.
Durante las inspecciones, los especialistas evalúan diversos aspectos fundamentales para la calidad del agua, tales como la turbiedad, la presencia de coliformes fecales, el nivel adecuado de cloro y la ausencia de criaderos de mosquitos, que podrían ser focos de enfermedades transmitidas por vectores. La Dirección Regional de Salud Tumbes ha informado que estas visitas buscan confirmar que el agua de las piscinas cumple con los parámetros establecidos por las normas sanitarias vigentes, asegurando así que el baño no represente un riesgo para la salud de los usuarios.
Estas acciones de vigilancia sanitaria se realizan de manera coordinada y con carácter sorpresivo para evitar que los responsables de los locales puedan ocultar o modificar las condiciones reales de sus instalaciones. En otras regiones, inspecciones similares han detectado incumplimientos en los niveles de cloro y la presencia de microorganismos, lo que ha llevado incluso a la clausura temporal de piscinas hasta que se subsanen las observaciones, como ha ocurrido en establecimientos de Piura y otras zonas cercanas.
En Tumbes, un reciente reportaje señaló que de 18 piscinas inspeccionadas, solo una cumplía con los estándares para ser considerada apta para los bañistas, lo que evidencia la necesidad de mantener y reforzar estos controles sanitarios. La DESA hace un llamado a los propietarios y administradores de piscinas a respetar estrictamente las normas sanitarias y a implementar las medidas necesarias para ofrecer un ambiente seguro, saludable y libre de riesgos para la comunidad.
Estas inspecciones inopinadas continuarán durante todo el año, con especial énfasis en las temporadas de verano, cuando la concurrencia a piscinas se incrementa considerablemente. La finalidad es prevenir enfermedades gastrointestinales, conjuntivitis, infecciones de piel y otras afecciones que pueden derivarse del uso de piscinas con agua contaminada o mal tratada, protegiendo así la salud pública y promoviendo prácticas responsables en el manejo de estos espacios recreativos.