Centro penitenciario es una coladera
Durante una operación de requisa inopinada realizada el 24 de octubre, un grupo de cuarenta agentes de seguridad del Establecimiento Penitenciario de Tumbes se desplegó en los pabellones del régimen cerrado especial, en cumplimiento de protocolos de seguridad.
Lo que se encontró reveló la aparente facilidad con la que sustancias ilícitas ingresan al penal: una bolsa de plástico contenía 27 envoltorios de papel bond con una sustancia parduzca y pulverulenta con características similares a la pasta básica de cocaína (PBC), junto con dos bolsitas adicionales con contenido sospechoso de la misma droga. Este hallazgo, que se produjo en apenas una hora y media, evidencia un alarmante descuido en los controles internos de este penal, el cual se ha ganado la reputación de ser una “coladera” de drogas y otras sustancias prohibidas.
Al concluir la intervención, se dio parte a la Fiscalía de Turno y a la Policía Nacional, que han iniciado las investigaciones correspondientes. Este incidente no solo destapa el escandaloso descontrol en los accesos al penal, sino también el desafío persistente de seguridad y orden en un recinto supuestamente impenetrable.