Las lluvias siguen amenazando con volver a anegar una institución
La flamante infraestructura del Instituto Superior Tecnológico de Tumbes, CAP FAP José Abelardo Quiñonez, que representó una millonaria inversión de aproximadamente 130 millones de soles, ha quedado en evidencia tras las últimas lluvias, dejando en claro que el drenaje pluvial de la obra fue mal ejecutado.
El director del instituto, Jaime Tandazo Purizaga, no ocultó su indignación y se pronunció sobre el desastre ocurrido en la institución, lamentando que el problema de inundaciones no solo persista, sino que ahora sea aún más grave.
«Con la nueva infraestructura teníamos la gran expectativa de que superaríamos el problema de que se inunde la institución, pero ahora todos son testigos de que esta obra, que fue ejecutada por el gobierno central, no ha solucionado esto y ha demostrado que el drenaje no funciona», declaró con evidente molestia el director del tecnológico.
El proyecto, que debía garantizar condiciones óptimas para los estudiantes, ha fallado en un aspecto fundamental: la evacuación de las aguas pluviales. A pesar de que se realizaron las limpiezas de los drenajes, la magnitud de la lluvia superó el plan de contingencia, exponiendo fallas estructurales que ponen en riesgo la infraestructura.
«Nosotros anunciamos que ya no íbamos a evacuar las aguas por falta de recursos económicos, responsabilizando a la empresa. A mí me da mucha pena que la obra, al estar varios días inundada, se perjudique la infraestructura», manifestó Tandazo Purizaga, señalando la responsabilidad directa de la empresa ejecutora del proyecto.
La inesperada inundación ha levantado suspicacias respecto al sistema de alcantarillado y drenaje, así como sobre los gastos destinados al bombeo de las aguas estancadas. La falta de transparencia en el manejo de estos fondos deja abierta la posibilidad de irregularidades en la ejecución y supervisión del proyecto.
A pesar de los estragos ocasionados por las lluvias, la institución cumplió con la entrega de credenciales del CEPREIQ, demostrando su compromiso con los estudiantes. Sin embargo, el malestar en la comunidad educativa es evidente, ya que el nuevo edificio no ha resuelto los problemas históricos de inundación, sino que ha confirmado que la obra no cumple con los estándares prometidos.
El director del tecnológico ha dejado en claro que la empresa ejecutora debe asumir la responsabilidad y tomar medidas inmediatas para corregir los errores en el sistema de drenaje. La comunidad educativa exige respuestas y soluciones concretas para evitar que el instituto siga siendo víctima de deficiencias que ponen en riesgo su operatividad.
El silencio de las autoridades frente a esta problemática solo aviva las dudas sobre la correcta ejecución del millonario proyecto. Mientras tanto, las lluvias siguen amenazando con volver a anegar una institución que, en teoría, debía estar preparada para este tipo de eventos climáticos.