En un acto protocolar lleno de discursos vacíos y promesas recicladas, el gobernador regional de Tumbes, Segismundo Cruces, dio inicio al año fiscal 2025 entregando resoluciones de ratificación y designación a los gerentes y directores regionales que lo acompañarán en el tercer año de su gestión. Sin embargo, lo que debía ser un evento de fortalecimiento institucional se convirtió en una muestra más del descaro político y la impunidad que caracterizan su gobierno, marcado por el desorden, la ineficiencia y un rosario de denuncias por presuntas irregularidades.
El hecho más polémico del evento fue la designación de Wilmer Benites Porras como nuevo Gerente General Regional, un personaje envuelto en serias acusaciones de lavado de activos y beneficiado presuntamente de manera ilícita con dinero público. Con esta decisión, Cruces no solo valida los cuestionamientos que pesan sobre su administración, sino que envía un mensaje alarmante: en su gestión, los escándalos y la falta de transparencia son recompensados.
Durante la ceremonia, el gobernador ratificó en sus cargos a varios funcionarios cuyo desempeño ha sido duramente criticado por ciudadanos y organismos de control. Entre ellos se encuentran:
- Abog. Rosa Castro Álvarez, Secretaria General Regional.
- Adm. Jackeline Cornejo Infante, Administradora Regional.
- Abog. Mag. Nick Rojas Prescott, Asesor Jurídico.
- Mg. Cpc. Julio Ricardo Mena Izquierdo, Gerente Regional de Planeamiento, Presupuesto y Acondicionamiento Territorial (e).
- Ing. Lenin Harold Ávila Silva, Gerente Regional de Infraestructura.
- Mg. Lic. Manuel Edgardo Acosta Aldana, Gerente Regional de Desarrollo Social.
- Ing. Adolfo Edwin García Ortiz, Gerente Regional de Desarrollo Económico.
Estos nombres no son nuevos en la administración de Cruces. La mayoría han estado presentes desde 2023, cuando inició su gestión, y han sido señalados como responsables de una serie de fracasos administrativos, obras paralizadas y denuncias por irregularidades en contrataciones públicas.
Wilmer Benites, un símbolo de presunta corrupción y descaro. La designación de Wilmer Benites Porras como Gerente General Regional ha encendido las alarmas entre la población y la opinión pública. Benites, quien ya cuenta con un historial turbio, está siendo investigado por lavado de activos tras ser acusado de haberse beneficiado ilícitamente con dinero del Gobierno Regional de Tumbes en 2016. Según las denuncias, habría participado en tres procesos de selección vinculados a actividades realizadas bajo un decreto de emergencia por lluvias, lo que dejó serias sospechas de malversación de fondos públicos.
Con esta designación, el gobernador no solo muestra un desprecio absoluto por la transparencia, sino que también convierte a su gestión en una especie de refugio para personajes cuestionados y sin escrúpulos.
En sus dos años al frente del Gobierno Regional, Segismundo Cruces ha consolidado una administración que muchos califican como nefasta
“Esta gestión ha sido un verdadero retroceso para Tumbes. Mientras otras regiones avanzan, aquí seguimos atrapados en un círculo de corrupción, ineficiencia y promesas incumplidas”, manifestó un dirigente social a nuestro medio.
La población no ha tardado en expresar su rechazo ante la continuidad de funcionarios cuestionados y la designación de Wilmer Benites. En redes sociales, los ciudadanos calificaron el acto protocolar como un “circo político” y acusaron al gobernador de seguir priorizando sus intereses personales por encima del bienestar de la región.
“Cruces ha demostrado ser un gobernador que gobierna para su círculo íntimo y no para el pueblo. Su administración se ha convertido en un símbolo de vergüenza para Tumbes”, comentaron en redes sociales.
Un futuro incierto para Tumbes. Con dos años más de gestión por delante, la incertidumbre sobre el futuro de Tumbes crece. Las acciones del gobernador Segismundo Cruces y su equipo de confianza no auguran cambios significativos, y la región parece condenada a seguir sufriendo las consecuencias de una administración marcada por la incompetencia y el abuso de poder.
Mientras tanto, los tumbesinos continúan exigiendo respuestas, acciones concretas y justicia para los responsables de los numerosos actos de corrupción que han sumido a la región en el estancamiento.