CONTRALORÍA DETECTA QUE SOLO 165 DE 245 AGENTES DEL ORDEN PASARON POR LA PRUEBA RÁPIDA. ADEMÁS, ENCUENTRA DEFICIENCIAS EN EL MANEJO DE LOS IMPLEMENTOS DE BIOSEGURIDAD
Por: Manuel Arselles.
De 245 efectivos policiales perteneciente a cinco comisarías de la región Tumbes y que participaron en diversos operativos durante la cuarentena, a 165 no se le había aplicado las pruebas rápidas a fin de detectar posibles contagios por el covid-19. Así lo reveló la Contraloría General de la República en un operativo de control realizado en mayo y junio.
Los inspectores visitaron las dependencias policiales de San José, Pampas de Hospital, Corrales, Zorritos y Zarumilla y se verificó que la prueba rápida se realizó por lo menos una vez a 80 agentes del orden, los cuales 36 salieron positivos a covid-19. Ellos fueron derivados a sus domicilios para el cumplimiento de la cuarentena por 14 días.

Además, el informe de Contraloría indica que una comisaría no recibió mascarillas tipo N95 por parte de su unidad ejecutora, a pesar de estar establecido en los lineamientos para la vigilancia, prevención y control de la salud de los trabajadores con riesgo de exposición al nuevo coronavirus del Ministerio de Salud (Minsa).
A parte del abandono que sufrieron los agentes del orden, el ente contralor detectó que en las cinco dependencias policiales visitadas se sustentaba el ingreso de implementos de prevención; sin embargo, no precisaron las características técnicas como material, unidad de medida, tamaño, color y marca, tampoco fechas ni responsables de la entrega y recepción de la misma.
El debido control que debieron tener los superiores fallaron puesto que presentaron debilidades en el manejo de las mascarillas y guantes descartables en el almacén. EL informe precisa que no se encontró el registro de fechas y cantidades de implementos que se entregó a cada uniformado. Esto no permitió que se corrobore el saldo real ni la cantidad de estos equipos de bioseguridad.
El personal de civil que venía laborando en dos dependencias policiales estaban desprotegidos porque no recibieron, al menos, mascarillas simples ni guantes descartables pese al contacto directo con las personas que llegaban a denunciar un caso y, sobre todo, con sus compañeros que participaban en diversos operativos.
Por último, en un establecimiento se identificaron inadecuadas condiciones de almacenamiento de los implementos de prevención porque estaban reposando en el suelo y sucios, por lo que no se consideró tenerlos en anaqueles o estantes para su mejor cuidado.