Si la población de Tumbes pensaba que el cuestionado contratista Eduardo Sánchez Espejo no podría seguir causando más daño a nuestra región, a consecuencia de las obras que ejecuta, tal es el caso del proyecto municipal del Barrio Bellavista y del colegio Copito de Nieve, nuestro medio visitó otra localidad donde también su empresa ha metido las manos.
Hechicera llegó hasta el caserío de Vaquería perteneciente al distrito de San Jacinto, lugar donde el Gobierno Regional de Tumbes lanzó a ejecución la obra denominada “Mejoramiento de la capacidad resolutiva del servicio de salud en el Puesto de Salud de Vaquería de la MicroRed Corrales, proyecto valorizado en 2´679,511.73 soles para ser ejecutado en un plazo de 120 días calendarios
A simple vista se pudo comprobar que los trabajos están paralizados y que no había ningún obrero o técnico en la zona que pudiera darnos algún tipo de información respecto a la postergación de las labores constructivas.
Observando detenidamente el cartel de obra, pudimos reconocer el nombre de la empresa constructora, se trata de Construcción y Servicios Logísticos S.A perteneciente al contratista Eduardo Sánchez Espejo.
Claro está que el nombre de este constructor nos lleva directamente a recordar la terrible realidad que padece el Barrio Bellavista y las irregularidades detectadas en la obra Copito de Nieve, pero en este caserío también existirían problemas en la ejecución de esta obra.

Contratista Eduardo Sánchez Espejo
Cuando nuestro medio ingresó al terreno donde se encuentra la obra, un vigilante que se rehusó a identificarse trató de impedir nuestra labor de prensa y en un acto intimidatorio comenzó a fotografiar a las reporteras.
En el recorrido se apreció infraestructura a medio construir, montículos de tierra y parte de los materiales utilizados, careciendo de señalización y logística de protección para evitar que alguien pueda lastimarse al adentrarse a la zona de construcción.
Pese a todo lo descrito, por este lugar transitan diariamente las personas de la localidad que acuden por atención médica al puesto de salud de Vaquería, que funciona en un módulo instalado al frente de donde se ejecuta la obra. El personal de salud hace lo imposible por brindar una adecuada atención pero se encuentran hacinados.
Son varias cajas, instrumentos, camillas, medicamentos que están abarrotados en este pequeño espacio que les han acondicionado al personal para trabajar, no siendo adecuado para la atención de los pacientes.
Intentamos acceder a alguna declaración del personal del sector salud que labora en este lugar pero señalaron que no podrían dar alguna manifestación por temor a represalias.
CABECEADOR. El contratista Eduardo Sánchez Espejo parece que tiene la mala costumbre de adeudar a sus trabajadores, o como se dice criollamente “es un constructor cabeceador”, ya que recientemente los trabajos en el Barrio Bellavista se paralizaron por falta de pago y en Vaquería ocurre lo mismo, esto lo confirma el representante del caserío, Alexander Cornejo Infante.
“El detalle es que la empresa ha venido paralizando la obra porque se le terminó el tiempo de ejecución, posteriormente se retomaron trabajos pero la contratista no está cumpliendo con los pagos cada quincena del personal. Primero demora dos días para pagar, luego una semana y llegó hasta un mes de deuda. Los encargados solo dicen que no hay respuesta por parte del dueño de la empresa y ahora de donde la gente va a comer”, manifestó.










En el colmo de la sinvergüencería, el contratista Eduardo Sánchez Espejo en lugar de pagarle a esta humilde gente que trabajo en su obra, los habría despedido. “La empresa lo que ha hecho es reducir personal y dejar a su personal de confianza, sacando a la gente del pueblo. Nosotros tenemos un acuerdo de que la empresa va a trabajar con un porcentaje de la población de la zona. El pueblo se unió y dijo que no se dejará avanzar la obra hasta que se pague la deuda”, indicó.
Un detalle agravante es que, según la versión de Cornejo Infante, uno de los trabajadores fue abandonado a su suerte luego de accidentarse en plena obra. “Hay que denunciar también la falta de indumentaria adecuada, se está haciendo trabajar a los obreros con su misma ropa, no les da gafas, incluso en el pueblo tenemos a un accidentado en la obra pero hasta la fecha la empresa no cubre sus gastos. Se ha ido a la casa del duelo pero nadie atiende”, señaló.
Mientras avanzaba la entrevista, el representante del pueblo de Vaquería nos comentaba una serie de presuntas irregularidades que se tienen que investigar, como la falta de implementos de seguridad en obra y la no emisión de boletas al momento de cancelarles a los obreros. “La ley manda que hay un ingeniero de seguridad que debe velar por los trabajadores pero aquí hay una ingeniera que hace lo contrario, solo se dedica a defender a la empresa”, acotó.
Nuevamente sustentamos la misma tesis, el contratista Eduardo Sánchez Espejo hace lo que le da la gana en Tumbes y las instituciones que le dan la buena pro no hacen nada al respecto; y lo que es peor, los fiscalizadores como el congresista Manuel Merino De Lama se hacen los ciegos, sordos y mudos.
Invitamos a La Contraloría General de La República, a la Fiscalía de Prevención del Delito, SUNAFIL, Defensoría del Pueblo, consejeros regionales, gerencia de infraestructura del GRT, congresistas y población a fiscalizar esta obra para no permitir más abusos.