Muestra a nuestra frontera como centro de riesgo e inseguridad en el norte del Perú
La región de Tumbes, se ha convertido en un punto clave donde convergen desafíos y oportunidades vinculados a la dinámica fronteriza con Ecuador. Esta zona, que comprende una frontera de aproximadamente 158 kilómetros, enfrenta una compleja realidad marcada por la migración irregular, el contrabando, la inseguridad y la limitada presencia estatal, pero también alberga potenciales para el desarrollo y la cooperación binacional.
Según un reciente reportaje de RT titulado «Fronteras de esperanza y riesgo», Tumbes es una de las regiones donde la vida cotidiana transcurre en un escenario de batallas sin ejércitos, donde la ausencia o fragilidad del control estatal permite el tránsito libre por pasos irregulares, facilitando actividades ilícitas como el contrabando y la migración irregular. El puente internacional de Aguas Verdes, principal punto de conexión con Ecuador, se ha convertido en un epicentro de esta problemática. Allí, solo diez policías de fronteras enfrentan 137 pasos ilegales identificados, lo que evidencia la insuficiente capacidad operativa para controlar esta extensa y vulnerable frontera.
La inseguridad se ha intensificado en la zona, con reportes de extorsiones, tráfico de armas y movimientos de migrantes a través de rutas clandestinas. Autoridades locales, como el alcalde de Zarumilla y el consejero regional de Tumbes, han denunciado la limitada reacción de las fuerzas del orden y la falta de recursos para un control efectivo, lo que ha llevado a solicitar la declaración de emergencia para la región y la asignación de más agentes especializados y tecnología para cerrar los flancos por donde ingresan mercancías ilegales.
En paralelo, Tumbes es también un punto crucial para la movilidad humana, siendo la principal entrada para personas desplazadas por la fuerza que ingresan al Perú, principalmente venezolanos. Desde abril de 2023, la provincia de Zarumilla está bajo estado de emergencia para controlar el ingreso por vías regulares, pero esto ha empujado a muchos a utilizar pasos irregulares, exponiéndose a riesgos como robos y violencia. Organizaciones como ACNUR y HIAS realizan monitoreos para caracterizar estas dinámicas y diseñar respuestas que mitiguen los riesgos y protejan a las personas en tránsito.
Pese a estos retos, la frontera tumbesina también representa una oportunidad para la cooperación binacional y el desarrollo local. La reciente sesión trilateral entre Perú, Ecuador y Estados Unidos busca fortalecer mecanismos sostenibles para enfrentar el crimen transnacional y mejorar la seguridad. Además, el comercio fronterizo y el turismo, aunque afectados por la inseguridad, son motores importantes para la economía regional.
El reportaje de RT pone en relieve que, más allá del mapa y la geopolítica, en Tumbes se libra una batalla diaria por la supervivencia y la esperanza, donde la presencia estatal debe fortalecerse para convertir la frontera en un espacio seguro y próspero para sus habitantes y visitantes.