El litoral tumbesino vuelve a ser golpeado por la naturaleza. El fuerte oleaje que azota la costa norte del país ha destruido gran parte de la Alameda José Faustino Sánchez Carrión, en el distrito de Zorritos, provincia de Contralmirante Villar, generando alarma entre vecinos, empresarios y autoridades locales.
La emblemática alameda, construida por la Municipalidad Provincial de Contralmirante Villar ha quedado seriamente dañada. Grandes bloques de cemento, bancas y esculturas alusivas a la zona han sido arrastrados o destruidos por la fuerza del mar, dejando expuestos fierros y escombros que representan un peligro para los transeúntes y turistas.
La preocupación crece entre los habitantes y empresarios del sector. Más de 50 familias del área José Faustino Sánchez Carrión se encuentran en riesgo directo, ya que el mar se acerca peligrosamente a sus viviendas y negocios. Los daños no solo afectan la infraestructura pública, sino que amenazan con arrasar hoteles, restaurantes y hasta el estadio municipal, que podría colapsar si las aguas llegan hasta la Panamericana Norte.
El impacto económico también es severo: alrededor de 600 hospedajes han sido perjudicados por los oleajes anómalos, y entre el 70% y 80% de las reservas hoteleras ya han sido canceladas por temor a nuevos embates del mar. Empresarios locales denuncian la falta de acciones preventivas por parte de las autoridades y advierten que la situación pone en jaque el turismo, principal fuente de ingresos de la zona.
El fenómeno no es nuevo. Desde diciembre de 2024, Zorritos y otros sectores de la provincia vienen siendo afectados por oleajes anómalos que han causado daños materiales en viviendas, embarcaciones, hospedajes e infraestructura de transporte. Pese a la gravedad del problema, los vecinos señalan que las autoridades locales no han brindado el apoyo necesario para la limpieza y recuperación de la alameda ni para la protección de las zonas vulnerables.
Si bien la Municipalidad Provincial de Contralmirante Villar ha realizado algunos trabajos de limpieza con maquinaria pesada y la Oficina de Gestión del Riesgo de Desastres entregó sacos terreros para intentar contener el avance del mar, los esfuerzos han resultado insuficientes frente a la magnitud del fenómeno. Los moradores se han visto obligados a recoger escombros por cuenta propia y colocarlos como defensa improvisada para sus predios, pero requieren con urgencia el apoyo de maquinaria pesada y soluciones de ingeniería más robustas.
De acuerdo con la Dirección de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú, los oleajes anómalos podrían persistir en la zona más allá de las fechas previstas inicialmente, por lo que la alerta se mantiene vigente. El Centro de Operaciones de Emergencia Regional de Tumbes y el Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) han sostenido reuniones con autoridades locales y regionales para plantear acciones de respuesta, pero los resultados aún no se ven reflejados en el terreno.