Plan integral busca proteger a pobladores y turistas en Zorritos
Los oleajes anómalos, conocidos popularmente como “maretazos”, continúan causando serias afectaciones a lo largo del litoral peruano, afectando especialmente a las regiones norteñas de Tumbes y Piura. Según reportes de la Marina de Guerra del Perú, se ha dispuesto el cierre preventivo de 91 puertos debido al registro de olas que superan los 3 metros de altura en estas zonas, lo que ha provocado hundimientos de embarcaciones, deterioro de malecones y erosión de playas.
En Tumbes, uno de los distritos más afectados es Zorritos. El malecón José Faustino Sánchez Carrión, que abarca desde el barrio El Pacífico hasta Las Palmeras, sufrió daños severos que han dejado sin acceso directo a la playa y comprometido seriamente la infraestructura turística local, incluyendo hoteles, restaurantes y una alameda en primera línea de costa. La interrupción de las actividades marítimas y los riesgos para los residentes son motivos de gran preocupación.
Frente a esta emergencia, la Municipalidad Provincial de Contralmirante Villar, junto con el Gobierno Regional de Tumbes y el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS), ha puesto en marcha un plan integral de mitigación destinado a proteger a la población y reducir el impacto del oleaje, ya que se espera que estos fenómenos continúen durante las próximas semanas.
Como parte de las medidas, el Gobierno Regional de Tumbes ha entregado e instalado hidrobolsas o geobolsas en puntos estratégicos para contener el avance del mar. Asimismo, el MVCS ha desplegado maquinaria pesada —incluyendo excavadoras de cadena, cargadores frontales y volquetes— para reforzar y reconstruir las zonas más afectadas del litoral.
La Municipalidad Provincial de Contralmirante Villar financia la mano de obra calificada y no calificada, así como la adquisición de herramientas y equipos necesarios para estas labores. Un portavoz municipal señaló que “estas acciones son urgentes y necesarias para resguardar la vida de nuestros vecinos y proteger las zonas más vulnerables de nuestra playa”.
Los vecinos expresan su preocupación ante los daños, que no solo ponen en riesgo sus viviendas y fuentes de trabajo vinculadas al turismo y la pesca, sino que también afectan el desarrollo económico local. “Cada día que pasa sin protección, el mar sigue ganando terreno. Esto no solo nos preocupa a quienes vivimos aquí, sino también a quienes dependen del turismo y la pesca”, manifestó uno de los residentes afectados.