Los vecinos del barrio Bellavista de la ciudad de Tumbes no pueden vivir con tranquilidad porque diariamente soportan la enorme contaminación producida en la zona. Este infierno lo padecen desde que la Municipalidad de Tumbes inició la ejecución de la obra en dicho sector, proyecto que fue entregado al contratista Eduardo Sánchez Espejo.
Pese a que las lluvias han cesado, los colapsos de aguas residuales han generado “unas enormes piscinas verdes malolientes”, que atormentan con su hediondez a todo aquel que viva cerca o pase por el lugar.
La zona es intransitable por la rotura de las vías, la población hace denodados esfuerzos por cruzar, surcando los montículos de tierra, rocas, basura y lagunas de desagüe. Esta crisis en medio de una pandemia hace que este lugar sea una zona roja por peligro de alta contaminación.
Los responsables de la ejecución de la obra con una increíble lentitud desarrollan los trabajos, usando como pretexto a la contaminación hacen que sus pocos obreros se miren las caras mientras el tiempo pasa. Las lluvias ya no son el impedimento pero ahora la nueva estrategia sería culpar a la empresa Agua Tumbes.

Hechicera se apersonó al barrio Bellavista y encontró a un funcionario del área de fiscalización ambiental pero este no nos quiso dar mayores detalles, enviándonos a buscar a su jefe. “Hemos venido a hacer una inspección y mi jefe está haciendo las coordinaciones, yo soy nuevo y no puedo declarar”, nos respondió.
Pese a que buscamos al jefe encargado del área de fiscalización ambiental de la comuna de Tumbes, no lo encontramos.
EN PAÑALES
El supervisor de la obra nos concedió una entrevista y explicó que el constante colapso de aguas servidas es el principal problema para que la empresa no avance, algo que nos parece inverosímil dado a que desde hace mucho las lluvias cesaron y han tenido tiempo para acelerar los trabajos; sin embargo, ante los recientes colapsos han comenzado a señalar a Agua Tumbes como la responsable.
“Nosotros hemos notificado a la Municipalidad de Tumbes y ha llegado el subgerente de obras con el ingeniero ambiental para que intervenga OTASS, los buzones están rebalsando y no se puede trabajar”, refirió.
Según el supervisor, la empresa diariamente limpia esta zona pero los vecinos no opinan lo mismo. “Bombeamos y secamos pero al siguiente día nuevamente tenemos que limpiar, ellos necesitan hacer un mantenimiento”, acotó.
Una moradora del barrio tildó de mentirosos a los responsables de la obra y les exigió que dejen de poner excusas. “Que se pongan a trabajar, estoy cansada de esta porquería. Como van a decir que todos los días limpian, yo vivo frente a esto y solo cuando se les da la gana bombean estas aguas. Como ha llegado la municipalidad, recién traen esa bomba para drenar el desagüe, se creen vivazos”, enfatizó.

El responsable de la supervisión aceptó que hay un nulo avance, siguen en un escaso 20% de ejecución y sobre el plazo de ejecución, cabe precisar que no había comenzado a correr porque el contratista no recibió a su debido tiempo el adelanto directo luego de la firma del contrato.
“El avance físico es del 20%, el plazo de ejecución 150 días y no se ha pedido ampliación porque se suspendieron los trabajos pero ahora ya se reanudaron con un calendario acelerado; sin embargo, por este motivo no se puede avanzar”, indicó el supervisor.
CAOS. Es triste ver como las vías aledañas al mercado de Tumbes también han sido destruidas y ahora se han convertido en botaderos de basura, centro de acopio de piedra y canal de aguas residuales.
Frente a todo esto se venden productos de primera necesidad y tan solo a unos pasos se comercializan las carnes y el pescado. Los que acuden a diario a comprar tienen que soportar la suciedad e ingeniárselas para transitar.
Tristemente la fiscalización de parte de la municipalidad es deficiente y no se siente el accionar de nuestros regidores, peor aún de nuestros congresistas. Esperemos que la Contraloría y la Fiscalía del Medio Ambiente haga lo suyo porque esta zona es de alto riesgo.