El sicario ecuatoriano Brayan José Quinchez Jarrín de 28 años, alias “Mono”, fue trasladado hasta el Penal de Puerto Pizarro en donde cumplirá una condena de 20 años de cárcel, por el delito contra la vida, el cuerpo y la salud, en la modalidad de Homicidio Calificado por ferocidad, en agravio de Marco Aguayo Infante, ocurrido en setiembre de 2013 en la provincia de Zarumilla, en Tumbes.
La sentencia fue dictada por el Juzgado Penal Colegiado de Zarumilla, a través de la Resolución Once, de fecha 30 de Junio del 2016, integrado por los magistrados Susana Elena Mejía Novoa, Alex Fernández Chiquilín y Roxana Amaya Pazo, en donde ademas ordenó el pago de 30 mil soles de reparación civil a favor de los herederos legales de la víctima. Y dispuso su captura.
PRÓFUGO DE LA JUSTICIA. El sicario extranjero fue detenido el último jueves, en un operativo conjunto entre la Policía peruana y su par de Ecuador en el vecino país del norte, en el sector de Arenillas, en donde se refugiaba por años, pues registraba una orden de captura internacional.
Al promediar las 4 de la tarde del jueves, las autoridades ecuatorianas hicieron la entrega formal del homicida a sus colegas de Perú. El sicario extranjero fue trasladado hasta la comisaría de Zarumilla, en donde quedó detenido para las diligencias de ley. Sin embargo, en horas de la noche fue puesto a disposición de la Policía Judicial.

La mañana del viernes alias “Mono” Quinches fue conducido hasta el penal de Puerto Pizarro en donde cumplirá su condena hasta octubre del 2040.
LOS HECHOS. Según fuentes de la fiscalía, 03 de setiembre del 2013, alias “Mono” se encontraba reunido con la victima (Marco Aguayo) con quien mantenía una amistad de muchos años y otro amigo, en el interior de un inmueble ubicado en la calle Miraflores, en la provincia de Zarumilla.

En ese momento se produjo una discusión entre el victimario y el hoy occiso, por la atención de una mujer de iniciales Y.C.M.G., hacia la víctima, por lo que ecuatoriano saca su arma de fuego y le dispara en dos oportunidades en la cabeza de Marco Aguayo, matándolo en el acto, para luego salir huyendo del lugar de los hechos.