Más de 23 mil pobladores y agricultores del distrito de Corrales, en Tumbes, viven temerosos de las lluvias intensas porque una millonaria obra, financiada por la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios (ARCC), que debía protegerlos de las inundaciones, está paralizada desde hace más de dos meses. Además, una subcontratista demolió los diques que había a lo largo de la Quebrada de Corrales, en dicha región, dejándolos más expuestos a los desbordes, como ocurrió en marzo último cuando el agua ingresó a sus viviendas y arrasó sus cultivos.
Con una inversión de más de 68 millones de soles (más de 18,6 millones de dólares), la obra de servicio de protección contra inundaciones en la Quebrada de Corrales se inició el 12 de diciembre de 2022 y debía ejecutarse en 233 días. Estaba previsto terminarla el 24 de julio de este año, pero el retraso en la obra que es responsabilidad del Consorcio Besalco-Stracon y las lluvias intensas de marzo último impidieron que se cumpla lo planeado.
Tierra removida, montículos de material de relleno y cintas de señalización de peligro por obras regadas sobre áreas de excavación son algunas de las evidencias de lo que fue una zona de trabajo en el cauce de la Quebrada de Corrales.
Un mes antes de que se paralizaran los trabajos, la Contraloría General de la República realizó una inspección en esa zona entre el 16 y 17 de febrero pasado. Detectó incumplimientos en el servicio de supervisión de calidad designado por la ARCC y falta de señalización y cercado en la zona de ejecución de los trabajos.
Ante la demora detectada por la Contraloría, el gerente asignado por la ARCC para el proyecto de las obras de defensas ribereñas del río Tumbes, Vilar Quispe Manosalva, emitió una alerta y el contratista presentó un plan de recuperación, comprometiéndose a ponerse al día, para el 15 de marzo, con labores en horario extendido y el incremento de frentes de trabajo, de acuerdo con la versión del ente supervisor que figura en el Informe N° 906-2023-CG/MPROY-SCC.
El contratista no cumplió el nuevo cronograma porque las lluvias intensas activaron la Quebrada de Corrales, como no ocurría hace 25 años, cuando se presentó el Fenómeno El Niño, entre 1997 y 1998. El 10 de marzo pasado, llovió desde las 6 de la mañana y aumentó el caudal de agua proveniente de la zona alta del distrito de La Cruz hasta que se desbordó.
La Quebrada de Corrales se desbordó nuevamente el 31 de marzo. El agua ingresó a varias casas de los asentamientos humanos Las Flores y El Triunfo, arrasó cultivos de plátano, limón y arroz, interrumpió el tránsito en las vías de acceso al distrito y hasta se llevó un mototaxi.
Por varios días, las personas damnificadas tuvieron que pernoctar en los ambientes de los inmuebles que no sufrieron daños, según señala un informe de Defensa Civil sobre las lluvias intensas en Tumbes.
Los pobladores, indignados, responsabilizaron por los daños al Consorcio Besalco-Stracon, porque su subcontratista, el Consorcio Biddle-Conar, retiró el enrocado de los diques construidos a lo largo del cauce de la quebrada.
Los dirigentes y autoridades pidieron a los representantes de Besalco-Stracon que asuman el costo de los daños por las inundaciones en sus viviendas y refuercen las zonas ribereñas, pero estos se negaron argumentando que no tenían presupuesto para eso. Según contaron vecinos de los barrios La Garita y Miraflores, al día siguiente de la inundación, trabajadores de ese consorcio recolectaron algunas rocas y las colocaron al borde de la quebrada, donde hasta hace algún tiempo estaban los diques de gran altura que ellos demolieron.
La autoridad edil informó que, en la última reunión con representantes de la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios y el Consorcio Besalco-Stracon, estos se comprometieron a reanudar las obras cuando terminen las lluvias, alrededor de junio. Aunque esto se cumpla, dice que no alcanzaría para proteger a la población, si ocurren más precipitaciones intensas con la eventual llegada del Fenómeno El Niño Global, que tendría una magnitud débil hasta septiembre y moderada a partir de octubre, según el último pronóstico de la Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN).

Sin supervisión y robo de material. El 8 de julio de 2022, la ARCC suscribió un contrato con el Consorcio Norte 7, conformado por la empresa Zapata & Zuloeta E.I.R.L y Eisten Vargas Villegas, para que supervise las obras de defensas ribereñas del Río Tumbes, a cargo del consorcio Besalco-Stracon, por un plazo de 21 meses y un monto de 1 millón 983 mil 499 soles.
Cinco meses después, el 6 de diciembre de 2022, el Consorcio Norte 7 anunció que resolvería el contrato de supervisión. Esta decisión ha sido sometida a un mecanismo de solución de controversias y se encuentra en proceso. Hasta que se contrate a un nuevo supervisor, la ARCC le asignó esta labor a un funcionario de dicha entidad.
Durante la inspección de las obras en la Quebrada de Corrales, la Contraloría detectó incumplimientos en el servicio de supervisión de calidad que afectarían la calidad de la construcción y alertó que este servicio no se estaría desarrollando de acuerdo con el contrato firmado.
Además, la Comisión de Control verificó la falta de señalización y cercado en el área de trabajo y advirtió que personas ajenas al Consorcio Biddle-Conar se encontraban en la zona de obra con maquinaria pesada (cargador frontal, retroexcavadoras y volquetes), fuera del horario laboral (6:20 p.m.), llevándose el material rocoso acopiado durante la jornada de trabajo.
Esta situación, que infringe el contrato, de acuerdo con la Contraloría, no permitiría cuantificar los volúmenes de material de relleno extraído por el contratista y la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios tendría que reconocer pagos por trabajos no ejecutados, además de los costos de carga, transporte y descarga de dichos productos.
Tras la publicación del informe de la Contraloría, la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios le remitió un oficio, el 13 de abril de este año, explicándole las medidas correctivas adoptadas sobre las dos situaciones adversas. Una de ellas fue que un equipo técnico de esa entidad estaba apoyando al supervisor de calidad temporal asignado a la Quebrada de Corrales, según señaló el ente supervisor a Convoca.pe, en respuesta a nuestro pedido de información.


En abril, la ARCC también confirmó a Contraloría que las obras de la Quebrada de Corrales estaban paralizadas por las fuertes precipitaciones en Tumbes que, según el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), se mantendrían hasta fines de ese mes; por lo cual la fecha de reinicio de las obras estaba en evaluación.
Sin embargo, cuando la Contraloría evaluó lo informado por la ARCC, concluyó que dicha entidad venía implementando acciones para atender las situaciones adversas identificadas, pero que estas aún no habían sido corregidas. El 5 de mayo pasado, el ente de control le envió un oficio a dicha institución para que informe sobre las acciones adicionales adoptadas.
Cuando en la pomposa ceremonia del 3 de febrero último las autoridades celebraron el inicio de la construcción de las defensas ribereñas en la Quebrada de Corrales, el presidente de la Comisión de Regantes del Sector Hidráulico Margen Izquierda del Río Tumbes, Lorenzo Dios, destacó el gran beneficio para miles de pobladores y agricultores. Para cerrar su discurso, citó esta frase: “Es bonito ver la primera piedra, pero es mejor ver la última piedra”. Los más de 23 mil pobladores del distrito de Corrales no saben cuándo ocurrirá eso.
Convoca.pe


