PAGARON POR PARTIDAS NO EJECUTADAS AL 100% Y NO PENALIZO A EMPRESA CONTRATISTA POR OBRA DE LA PLAZA DEL A.H 28 DE JULIO
El informe del Órgano de Control Institucional (OCI) ha desatado un verdadero escándalo en la Municipalidad Distrital de Aguas Verdes. La obra «Renovación de Espacio de Recreación Pasiva en la Plaza Principal del AA.HH. 28 de Julio», un proyecto valorado en casi un millón de soles, está plagada de irregularidades que exponen la presunta complicidad y corrupción en los más altos niveles de la gestión municipal. Tanto el alcalde César Enrique «Kike» Chapoñan como el gerente municipal Luis Serna Apaza, quienes han alardeado públicamente sobre su supuesta «transparencia» y compromiso con el buen uso de los recursos del Estado, hoy se ven bajo una nube de sospecha.
El informe del OCI detalla que la municipalidad aprobó la liquidación final de la obra sin realizar deducciones por partidas no ejecutadas, es decir, se pagó al 100% trabajos que no fueron completados, favoreciendo al Consorcio 28 de julio que está conformado por las empresas Constructora y Servicios Generales Jhonsemm E.I.R.L y Maquinaria y Construcciones Vega Balladares E.I.R.L; teniendo como representante Legal Común el Consorcio a Richar Ángel Trujillo Escandón.
Esta situación no es aislada: ya son varias las obras bajo la gestión de Chapoñan y Serna Apaza que han sido observadas por Contraloría por los mismos motivos. Esta clara tendencia de pagar por trabajos no realizados y no aplicar penalidades a contratistas, quienes incumplen con lo estipulado en los contratos, todo esto huele a un descarado favorecimiento a las empresas contratistas.
Es indignante que Kike Chapoñan y Luis Serna Apaza pretendan seguir vendiendo un discurso de «honestidad», cuando la realidad pinta todo lo contrario. Las obras que deberían mejorar la vida de los ciudadanos de Aguas Verdes se han convertido en un negocio redondo para los contratistas, mientras que los recursos públicos son saqueados con la presunta complicidad de los funcionarios municipales.
El informe de Contraloría es claro: partidas relacionadas con obras de concreto y mobiliario urbano fueron pagadas sin ser ejecutadas en su totalidad. En el caso de las veredas del jirón Los Incas, se proyectó un ancho de 2.50 metros, pero la inspección reveló que la ejecución fue de apenas 20.20 metros. A pesar de esta flagrante inconsistencia, el contratista cobró como si hubiera hecho el trabajo completo. Lo mismo ocurrió en las calles Las Begonias y Manco Cápac, donde las obras fueron entregadas incompletas y aun así pagadas al 100%. ¿Dónde estaba la supervisión del municipio? Todo indica que la camiseta que se ponen estos funcionarios es la de los contratistas, no la del pueblo.
La falta de penalidades también es alarmante. El contrato estipulaba sanciones para el uso de materiales que no cumplieran con las especificaciones técnicas, pero el informe revela que la piedra usada en las losas de concreto estaba mezclada con tierra y canto rodado, lo que pone en peligro la durabilidad de la obra. Aun con este grave incumplimiento, no se aplicaron las sanciones al contratista. ¿Por qué? La respuesta parece evidente: hay un descarado favorecimiento a las empresas, en lo que se presume podría ser una red de corrupción que beneficia a unos pocos mientras el pueblo paga los platos rotos.
El gerente municipal, Luis Serna Apaza, quien afirmó en diversas ocasiones que su gestión «cuidaba los recursos del Estado», ahora queda expuesto como un funcionario que presuntamente facilita estos millonarios pagos indebidos a empresas que incumplen. ¿Dónde está la transparencia?
Ante estos graves hechos, el Ministerio Público y el Congreso de la República deben intervenir de manera urgente. Existe una clara presunción de colusión entre los funcionarios de la municipalidad y las empresas contratistas, una red de corrupción que debe ser investigada hasta las últimas consecuencias. El pueblo de Aguas Verdes no puede seguir siendo víctima de estos saqueos descarados. La indignación crece, y es necesario que las autoridades nacionales actúen con firmeza para castigar a quienes están detrás de estos actos vergonzosos.
En resumen, lo que estamos presenciando en Aguas Verdes no es solo un caso de mala gestión, es una trama de presunta corrupción y favorecimiento descarado, donde los grandes ganadores son los contratistas y los grandes perdedores, como siempre, son los ciudadanos.