El terreno conocido como «Ex Chilimasa», utilizado como terminal, no reúne las condiciones mínimas de salubridad ni infraestructura

El gremio de transportistas de la ruta Aguas Verdes – Tumbes realizó un plantón en el distrito fronterizo de Aguas Verdes para exigir a las autoridades una solución urgente a los problemas que enfrentan debido a la informalidad, la falta de infraestructura adecuada y el abandono del terminal terrestre.  

Los transportistas denunciaron que mientras ellos operan dentro del espacio asignado por la municipalidad, los transportistas informales realizan embarques y desembarques en zonas prohibidas sin ningún tipo de control. Esto genera una competencia desleal que afecta gravemente los ingresos de los operadores formales.  

“Estamos pidiendo que se mejore el transporte público formal. En el distrito permiten el ingreso de carros informales, y esto es un perjuicio para nosotros. Exigimos que las autoridades pongan mano dura contra la informalidad”, señaló un transportista indignado.  

El terreno conocido como «Ex Chilimasa», utilizado como terminal, no reúne las condiciones mínimas de salubridad ni infraestructura. Los transportistas denunciaron la ausencia de servicios higiénicos, lo que genera problemas tanto para ellos como para los turistas que llegan a la zona.  

“Un turista pide un baño, ¿a dónde va a ir? Esto es una necesidad primordial, y no hay respuesta de las autoridades. Es una vergüenza para nosotros como peruanos. Tanta plata que recaudan todos los días y no hacen nada”, expresó otro transportista, visiblemente molesto.  

Además, el espacio se inunda durante la temporada de lluvias, imposibilitando las actividades. A pesar de estas carencias, los transportistas son obligados a pagar dos soles diarios sin recibir mejoras significativas.  

El alcalde de Aguas Verdes, Enrique Chapoñan Díaz, recibió a los manifestantes, pero su intervención no calmó los ánimos. Muchos transportistas expresaron su incredulidad frente a las promesas del burgomaestre, considerando que en el pasado no se han cumplido los compromisos asumidos.  

“Nos han prometido mejoras en el terreno, baños, y la eliminación de estructuras que afectan nuestras operaciones, pero hasta ahora no hay resultados. No confiamos en más promesas”, aseguró un transportista.  

La falta de infraestructura y la permisividad con el transporte informal no solo afectan la economía de los transportistas formales, sino también la imagen del distrito como un punto turístico en la frontera. Los manifestantes recalcaron que la situación actual genera incomodidad para los turistas y expone a los transportistas a condiciones de trabajo indignas.  

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