Problemas en infraestructura, equipos y bioseguridad

En una preocupante inspección realizada por la Contraloría General de la República, se han detectado graves deficiencias en las condiciones de almacenamiento de productos farmacéuticos y dispositivos médicos en la farmacia del puesto de salud Cuchareta Baja, supervisado por la Dirección Regional de Salud (DIRESA) Tumbes. El Informe de Control Concurrente N.° 033-2024-OCI/0827-SCC pone en evidencia irregularidades que podrían comprometer seriamente la calidad, conservación y seguridad de los medicamentos destinados a la población de esta región.

Condiciones que violan normas sanitarias. El informe detalla una serie de situaciones adversas observadas en la farmacia, contraviniendo el Reglamento de Establecimientos Farmacéuticos y las Buenas Prácticas de Almacenamiento (BPA) establecidas por el Ministerio de Salud. Estas deficiencias no solo vulneran la normativa vigente, sino que también ponen en riesgo la salud de los usuarios y pacientes.

El ambiente destinado al almacenamiento es reducido y comparte espacio con el área de expendio de medicamentos, lo que impide una correcta organización. No existen áreas delimitadas para la recepción de productos, ni para la gestión de productos rechazados o dados de baja, aumentando el riesgo de confusiones, vencimientos y posible contaminación cruzada.

Uso indebido de mobiliario: Productos esenciales, como paracetamol y sulfato ferroso, fueron encontrados almacenados directamente sobre el suelo o en taburetes metálicos, en lugar de usar tarimas o estantes, exponiéndolos a humedad, polvo y otros agentes contaminantes.

Durante la inspección, se halló un pedazo de cartón con veneno para roedores colocado dentro del área de farmacia, cerca de cajas de productos farmacéuticos. Esta medida improvisada contraviene la normativa sobre control de plagas y aumenta el riesgo de contaminación química de los medicamentos. Además, una ranura en la puerta de la farmacia permite la entrada de insectos y roedores, agravando la situación.

Deficiencias en la cadena de frío: La farmacia carece de una refrigeradora propia para el almacenamiento de medicamentos que requieren condiciones específicas de conservación, como la ergometrina (usada para tratar hemorragias postparto). Este medicamento se almacena en un congelador del consultorio de atención infantil, lo que no solo incumple las BPA, sino que también dificulta su acceso adecuado.

Ausencia de extintores: En el área de farmacia no se encontró un extintor operativo, lo que representa un riesgo grave en caso de incendio, incumpliendo las normas mínimas de seguridad.

Desorganización en el almacenamiento: No se implementan sistemas de clasificación o rotación de productos, lo que podría derivar en el uso de medicamentos vencidos o en la distribución incorrecta de insumos médicos.

Este no es un caso aislado. La Contraloría ha identificado deficiencias similares en otros establecimientos de salud de la región, como los puestos y centros de salud de Zorritos, Matapalo, Corrales, y Pampa Grande, entre otros. 

Desabastecimiento de medicamentos: La falta de insumos críticos podría poner en peligro la vida de los pacientes y afectar la calidad de la atención médica.

Carencia de profesionales especializados: Varios establecimientos no cuentan con un químico farmacéutico, lo que compromete la supervisión adecuada de las farmacias.

Infraestructura y mobiliario insuficientes: Áreas deterioradas, equipos inoperativos y mobiliario inadecuado afectan el almacenamiento y distribución de medicamentos.

La Dirección Regional de Salud de Tumbes, encabezada por Carmen Victoria Castillo Valdiviezo, ha sido notificada sobre estas irregularidades y tiene un plazo de cinco días hábiles para informar a la Contraloría sobre las acciones preventivas y correctivas que implementará. Sin embargo, la falta de medidas concretas en situaciones similares previamente informadas genera dudas sobre la capacidad de la DIRESA para resolver estos problemas.

Los antecedentes presentados en el informe señalan que, en múltiples casos, las recomendaciones de la Contraloría no han sido implementadas, lo que evidencia una preocupante desidia institucional.

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