La sombra de una presunta corrupción que merece ser fiscalizada

El alcalde de Canoas de Punta Sal, Javier Pazo Eche, ha anunciado con gran entusiasmo la inauguración de la nueva infraestructura educativa de la Institución Educativa Inicial “Divino Niño Nuevo Cancas”. Sin embargo, lo que debió ser una obra de orgullo para su distrito, en realidad, es un proyecto plagado de irregularidades y fallas graves detectadas por la Contraloría, lo que pone en tela de juicio el compromiso del alcalde con la transparencia y la gestión pública eficiente.

A pesar de los constantes informes de advertencia emitidos por la Contraloría General de la República, que evidencian desde fallas administrativas hasta errores técnicos de gravedad, la Municipalidad ha decidido proceder con la inauguración, dejando al descubierto lo que parece ser una negligencia descarada y, posiblemente, un acto de corrupción encubierto en la gestión de Pazo Eche. ¿Por qué tanta prisa en inaugurar una obra bajo tan serias observaciones? Aquí, los detalles escalofriantes de un proyecto que parece construirse sobre un terreno de irregularidades y falta de transparencia.

Contrato bajo la sombra de la corrupción. El caso de la obra en la Institución Educativa Inicial «Divino Niño Nuevo Cancas» comenzó en noviembre de 2023 con un expediente técnico actualizado y un presupuesto que alcanzó los S/ 1 675 744,54. La licitación se adjudicó al Consorcio Thiago con una oferta de S/ 1 414 130,42, y, aunque todo parecía indicar que el proyecto se desarrollaría con normalidad, la Contraloría alertó en reiteradas ocasiones sobre múltiples irregularidades.

Según el informe 026-2024, el proceso de selección del consorcio ganador estuvo lleno de omisiones, como la falta de publicación del presupuesto y el cronograma valorizado en el Sistema Electrónico de Contrataciones del Estado (SEACE). Este fallo, que vulnera los principios de transparencia, fue advertido por el Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado (OSCE), que recomendó suspender el contrato hasta que se subsanaran las irregularidades. ¿La respuesta de la municipalidad? Ignorar las advertencias y firmar el contrato de ejecución con el Consorcio Thiago, el 16 de abril de 2024.

Profesionales sin experiencia, maquinaria sin acreditación y un caos logístico. Las irregularidades no se limitan al proceso de contratación. Según los informes 033-2024 y 039-2024 de la Contraloría, la obra cuenta con personal clave que no cumple con la experiencia mínima requerida, un hecho alarmante tratándose de una infraestructura educativa donde la seguridad y la calidad son prioritarias. El residente de obra y la ingeniera especialista en estructuras carecen de la experiencia efectiva en proyectos similares, lo cual deja en duda si están realmente capacitados para asumir la responsabilidad de esta construcción. Asimismo, el contratista no ha acreditado la disponibilidad de maquinaria esencial para el proyecto, incumpliendo con los requisitos de calificación y poniendo en riesgo la calidad de la obra.

Más alarmante aún es la ausencia de un Plan de Monitoreo Arqueológico (PMAR), requisito esencial en una región rica en patrimonio cultural. La falta de este plan podría tener consecuencias legales y patrimoniales graves si se llegaran a encontrar vestigios arqueológicos durante la construcción. Esta negligencia representa, además, una falta de respeto por la historia y la cultura de la región.

Materiales mal almacenados y un contrato que huele a fraude. Como si lo anterior no fuera suficiente, el informe 065-2024 reveló que los materiales utilizados en la obra se encuentran almacenados de forma inadecuada, lo que podría deteriorar sus propiedades técnicas y reducir la vida útil de la infraestructura. La Contraloría advirtió que el almacenamiento incorrecto y el uso de materiales defectuosos pueden poner en riesgo la seguridad de los estudiantes y el personal que ocuparán esta institución.

La negligencia parece ser el sello distintivo de este proyecto: la Contraloría ha emitido al menos seis informes, incluyendo el reciente informe 076-2024 de octubre, que subraya que el contratista ha incumplido los plazos de entrega y que muchas de las irregularidades no han sido corregidas, a pesar de las advertencias repetidas. Para Pazo Eche, parece que el compromiso con la ciudadanía ha pasado a un segundo plano, y el interés por exhibir “logros” es su prioridad, aunque estos estén plagados de deficiencias.

Inauguración de una obra con problemas. Hoy, mientras el alcalde Javier Pazo Eche corte la cinta de esta obra cuestionada, quedará en evidencia que esta inauguración es mucho más que una simple ceremonia; es un acto que simboliza la falta de responsabilidad, la desidia y, quizás, presunta corrupción en el manejo de los recursos públicos. 

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