En medio de la segunda ola por la COVID-19, el consejo regional de Tumbes ha decidido centrar sus esfuerzos en tumbarse a la gestión regional presidida por Wilmer Dios Benites, aunque sea solo por unos mesecitos.

La estrategia empleada es la misma del año pasado, pedir la suspensión de la autoridad por no conformar la reunión del CORESEC (consejo regional de seguridad ciudadana), pero esta vez basándose en un informe elaborado por una comisión especial que decidió tomar de oficio el caso luego que la propuesta presentada por un ciudadano no prosperara en el 2020.

El consejo regional ya no quiere librarse Wilmer Dios por un mes, sino que han pedido que sean cuatro (120 días), tiempo en el que so pretexto de darle un escarmiento a la autoridad, llevarán al poder al vicegobernador José Alemán Infante.

Ciertamente, la emoción se le sale por los poros al vice y varios de sus allegados comienzan a salivar mientras se imaginan manejando a su antojo el presupuesto regional. Sin embargo, ayer se pospuso la sesión de consejo por falta de quorum, pero hoy prometen dar rienda suelta a su verborrea para jurarnos que todo lo hacen por el amor a nuestra región y seguir “el debido proceso”.

Aquí en Tumbes, la gente se está muriendo y lo último que les interesa es este tipo de pleitos políticos. Lamentablemente el vice y los consejeros tienen sus propios intereses, el gobernador y sus funcionarios están duramente cuestionados, y ni esperanzas tenemos de alguna unión entre autoridades para luchar por lo que realmente importa, la vida.

Más allá de sí la suspensión del gobernador es legal o no, en toda la región es vox populi el hambre de poder de José Alemán Infante, quien a su exdupla de campaña ahora le canta, ¡Quítate tú pa´ ponerme yo!

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