Entre el 3% y el 5% de las personas en la sociedad puede ser consideradas como sexoadictas y según un estudio llevado a cabo en Suecia (Langström y Hanson, 2006), el 12,1% de los hombres y el 6,8% de las mujeres podían catalogarse de hipersexuales

A muchas personas les gusta el sexo. ¡Les enloquece el sexo! Sin embargo, una persona necesita practicarlo por deseo… O por adicción.

A solas o en pareja. Tener sexo es bueno para mejorar la salud física y mental, siempre y cuando no se sea un deseo insaciable. Tal y como explica a la prensa internacional Hechicera, Susana Ferrandis, del Centro Salud Sexual Valclinic, “es una patología que tiene que ver con la forma en que algunas personas se relacionan con el sexo y se caracteriza por pensamientos obsesivos y conductas irrefrenables”.

La sexoadicción como también es catalogada de la siguiente manera:

«Tiene su base en una activación psicofisiológica que deriva en una dependencia a todo lo relacionado con el sexo, incrementando su frecuencia hasta derivar en consecuencias negativas para el desarrollo normal del día a día puesto que el sexo se vuelve el centro de todo en sus vidas dejando a un lado todo lo demás», indica la experta. Por ello, la adicción al sexo «se puede comparar con otras adicciones como el adicto a las drogas, al juego o al alcohol, donde nunca se ven saciados y tienden a la pérdida de control. El foco de la adicción sexual se centra más en reducir el malestar emocional que en sí la búsqueda de placer”.

Síntomas de una persona adicta al sexo

Algunos indicios de adicción al sexo es sentir culpa y vergüenza por lo que suelen transmitir su angustia en silencio, manteniendo estas conductas a pesar del afán de obtener placer sexual.

“Afecta más a hombres que a mujeres, siendo la prevalencia en hombres respecto a mujeres de 5:1. La adicción al sexo no es una cuestión de género, puesto que tanto los hombres como las mujeres son susceptibles de ser adictos, lo que parece existir son una serie de factores psicosociales y neuroendocrinos que estarían provocando esta mayor afectación de hombres por el momento”.

¿Adicción o fuerte deseo sexual?

La línea que determina si un individuo posee un enorme apetito sexual con la pareja son frecuentes en hombres o mujeres. Sin embargo, “si la persona ignora el riesgo físico, psíquico o emocional que pueda suponer para sí mismo o para otras personas el tener sexo y si la frecuencia o intensidad de las fantasías, deseos y conductas sexuales provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad de la persona”.

La adicción al sexo es una enfermedad y, como tal, debe ser tratada para mejorar y conseguir una vida saludable en todos los ámbitos, incluido el sexual.

En cuanto a los tratamientos farmacológicos, deben ser combinados con terapias psicológicas, para la recaptación de serotonina en el cerebro y, en casos severos, usar fármacos antiandrógenos o similares”.

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