Renovación Pacifico fue eliminado en el gramado del estadio municipal de Negritos en una tarde soleada y de fuertes vientos que favoreció primero al equipo fosforescente y en el segundo tiempo al cuadro Lacoste de Puerto Eten que hizo predominar la experiencia de la mayoría de sus jugadores cuajados en mil batallas de esta edición de copa Perú 2021 para el olvido.

Los dirigidos por Rolando Masías salieron tal como lo habían planificado en la última semana de entrenamiento y que dio resultados positivos, Bermúdez y Dioses eran una muralla, se formó un rombo en el medio sector con notas sobresaliente para  Walter Yesan, Ronaldo Ortiz, Juan Zuñiga asumió el papel de conductor con eficiencia, y más abiertos Pool Rujel por derecha y Jesús Mogollón por izquierda, y en la delantera el llanero solitario Jefferson Rujel, con muy poco tiempo para acoplarse con el resto hacia el papel de pívot tapando las salidas de los caimanes que tenía a Jhonny Lalupu impasable. Los carrileros Nilson Zuñiga y Marvin Castro salían cuando el equipo lo requería y creo yo tenían que jugar más ofensivos, en el arco Albert Peña casi sin trabajo los primeros 30 minutos, hasta ahí todo bien, desconcertados los Lacoste, no tenían profundidad y eran bien marcados sus delanteros Isidro arroyo, Pierr Orozco y Fernández, hasta que un ataque fosforescente Pool Rujel encontró el momento esperado y con un soberbio zapatazo anotó el primero y se lo dedicó a su querido padre que un día antes había partido al cielo, el cotejo seguía con ataques esporádicos de los del puerto y hasta que Juan Zuñiga sintió un desgarro en su pierna y se resintió, ingresando por él desde la fría banca en un día con sol Hugo Montoya, quien fue el anotador del segundo gol para los del Pacífico bien ejecutado, todo parecía color de rosa pero no se acordaron que debían seguir anotando porque tenían el aire a su favor y en descuido de la zaga antes de culminar el primer tiempo, Jinson comete una falta penal que Pierr Orozco puso el descuento, gol anímico para los caimanes.

Sentí recorrer por mis venas una corriente fría, me sentí patético como el estadio vacío, sin público, sin olor a multitud y lejos de los aplausos, me quedó la sensación que no bastaba con el 2 a 1 y Jefferson Rujel me hizo sonreír cuando apenas iniciado puso el 3 a 1 a favor de los nuestros, pensé que el equipo tenía  que cumplir el papel de ratoneros y marcación fuerte, no fue así, unos minutos después un gol olímpico puso el segundo para lambayecanos y se motivaron más y empezó el show de errores, la falta de un sparring de categoría en las prácticas fue determinante, los caimanes arremetieron con todo y se vio el oficio de estos veteranos de años de copa, ingresó  Jossimar Vilela y no fue solución a pesar de su esfuerzo, el equipo ya no fue el mismo del primer tiempo, se lesionó Chirri Dioses y tarde negra para el arquero, se empeoró aún más el esquema y los goles contrarios llegaban tanto así que ya no me importo quien los anotaba, temblaba, tarde negra sentía frío y una lágrima salió de mis ojos cansado por la travesía, la indiferencia y la impotencia de ver a estos muchachos que quisieron darle una alegría a la afición pero no se pudo.

 No le echo la culpa ni a los jugadores, ni al comando técnico ni a los dirigentes, todos ellos pusieron su esfuerzo y sacrificio con errores quizás porque es parte del ser humano. Será para el otro año si Dios quiere y que esta vez haya más apoyo.

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