Dicha situación pone en riesgo la vida y salud de los pacientes

En una inspección realizada por la Defensoría del Pueblo detectó que la posta de salud de Zarumilla atiende en malas condiciones de higiene, especialmente en la Unidad de Vigilancia Clínica (UVICLIN), donde la presencia de óxido y suciedad prevalecen en el mobiliario y equipos. 

Esto pone en riesgo la salud y vida de los pacientes, debido a que son equipos médicos utilizados para la atención de las personas vulnerables con dengue y otras enfermedades. De acuerdo a las evidencias los equipos biomédicos, muebles, puertas de vidrio y paredes estaban sucias o manchadas por fluidos; además, presentaban capas de polvo y telas de arañas. 

Una situación similar se advirtió en las camas hospitalarias y puerta sueros, que se encontraban oxidadas y sucias; a lo que se suma que los colchones estaban rasgados y hediondos. Entre otros aspectos, se observó también que el mobiliario en desuso y los equipos biomédicos serían almacenados en condiciones inadecuadas.

Un ejemplo de ello fue la presencia de camillas y sillas de ruedas acumuladas en el área de cochera, al costado de la ambulancia. Además, en el techo de la primera planta del establecimiento y en el piso del área de control epidemiológico se observó la presencia de equipos biomédicos en aparente buen estado, pero en malas condiciones de almacenamiento.

Se observó la falta de mantenimiento y limpieza en el área donde están instalados los tanques de oxígeno, con presencia de residuos sólidos y polvo sobre los tanques y en un área contigua a la oficina de control epidemiológico se apreció excretas de animales (aves) en el suelo. 

En el área de atención odontológica la situación no fue muy distinta, allí se observó que el personal de salud atiende en condiciones insalubres y de riesgo, puesto que el piso estaba sucio, el lavatorio sin agua y conexiones eléctricas expuestas.

Tras estas evidencias, la sede defensorial recordó a la Diresa que deben cumplir con los protocolos de bioseguridad para garantizar una atención adecuada a los pacientes, lo que no ocurre actualmente en el establecimiento de salud fronterizo, donde se advierte que el mal estado del mobiliario impide que los ambientes estén libres de agente contaminantes.

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