Luego que el alcalde de Tumbes se quejara en su última conferencia de prensa con respecto a las críticas que hacemos sobre las obras que ejecuta, como la del colector Bolívar, fuimos nuevamente a visitar este proyecto para demostrarle una vez más que todo está, como se dice criollamente “patas arriba”.

Al llegar no se observa ninguna señalización y cualquier persona puede ingresar por diferentes a esta zona donde se están realizando los trabajos. Recorriendo una de las veredas vemos un saco negro que ha sido puesto para cercar la zona, pero este ya se había caído por algunos tramos.

No había ninguna señal o aviso para los transeúntes y algunos vecinos del lugar no tenían ni idea de cómo salir de sus casas.

NEGOCIOS SIN VENTAS. Conversamos con algunos dueños de negocios que están ubicados en esta cuadra de la calle Bolívar y todos aseguraron que sus ventas se han detenido totalmente. “Hay un sinnúmero de inconvenientes, ellos han prometido darnos un carril, pero han cerrado toda la calle, por lo cual no podemos seguir trabajando. En mi caso busco salida por la Pasamayito para trabajar. Hemos hablado con el ingeniero y el propietario de la obra pero no hay una respuesta clara, nos tienen diciendo cosas que supuestamente van a hacer pero no cumplen”, manifestó un comerciante.

Muy apenados dijeron que hacen “malabares” para subsistir pero que ya no aguantan más, lamentablemente la autoridad y la empresa contratista poco o nada hacen para brindarles alguna facilidad. “No hay ventas uno tiene que estar buscándosela. No solo mi negocio, sino que los demás están seriamente afectados”, dijeron.

Ninguno de los entrevistados tenía idea o había escuchado algo sobre el Plan de Contingencia de esta cuestionada obra. “Lo del Plan de Contingencia es un gran tema, se supone que han debido presentar ese documento tiempo atrás, pero iniciaron la obra de la noche a la mañana. Se supone que en ese plan debe estar la forma en la que se nos da un espacio, incluso hubo una ocasión donde por la ejecución de una obra a los dueños de los negocios afectados les dieron una indemnización”, indicó un vendedor.

Ya se han reportado negocios que han cerrado porque no vendían nada y saben muy bien que esta situación perjudicial tiene para rato. “Estamos esperando que avance esta obra porque nos está perjudicando, me he visto afectado en mis ventas. Más adelante, hay un amigo que se ha ido porque no tenía nada de ingresos”, refirió uno de los afectados.

PELIGRO. Al igual que nosotros, mucha gente no sabía por donde cruzar. Evidenciamos como una señora luego de avanzar un buen tramo de la calle vio un cartel que le impedía el pase y al otro extremo había otro, prácticamente había algunas casas cercadas sin salida alguna.

La mujer de la tercera edad se vio obligada asaltar por la zanja abierta por la empresa con el riesgo de caerse, para de esta manera cruzar a la otra vereda con el fin de seguir su camino. Nosotros le mostramos esto a los trabajadores de la obra para que quedara constancia el peligro que existe y que puede ocasionar que alguien salga lastimado.

En la obra se encontraba el regidor Robert Dolmos, a quién le consultamos sobre este peligro inminente. La autoridad intentó convencernos que la empresa si había adoptado medidas de prevención, pero in situ le demostramos que no funcionaban.

Mientras entrevistábamos al regidor le señalamos como la gente pasaba en su cara por donde supuestamente no debía circular, ellos dijeron que nadie les había indicado que estaba prohibido y tampoco vieron una señalización.

PLAN DE CONTINGENCIA “INVISIBLE”. Aprovechamos la presencia del regidor Dolmos para consultarle si podía confirmar la existencia del plan de contingencia de la obra, pero dijo que no lo sabía.

“Eso es lo que yo estoy averiguando, debe existir un plan de contingencia. Si se presentan anomalías me voy a presentar donde el ingeniero Guerrero Panta para que me explique. Es cierto que no me consta que exista, tampoco le he preguntado a Moquillaza”, mencionó.

El regidor dijo que de lo que si estaba seguro era que no existía un plan vial en la obra y es por ello que todo es un verdadero caos. “No hay plan de contingencia vial, yo por eso he hecho algunas observaciones sobre la señalización que tiene que estar con respecto al tránsito”, aseveró.

Al increparle que la manera en la que están ejecutando la obra era “a la champa”, nos corrigió y dijo que esa expresión era una falta de respeto, sugiriendo que mejor le llamemos anomalías.  “No podría decir que están trabajando ‘a la champa’, no puedo hablar en esos términos haciendo una falta de respeto. Yo diría que hay anomalías”, expresó.

Bueno la población sacará sus conclusiones y verá de qué manera califica la ejecución de esta obra, si realmente es un trabajo “a la champa” o simples anomalías como dice nuestro regidor Robert Dolmos.

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