El alcalde de Tumbes Jimy Silva Mena perdió la batalla de erradicar el comercio ambulatorio, luego de permitir que más de 100 ambulantes se ubiquen en la avenida Mariscal Castilla otorgándole, de acuerdo a las palabras de su funcionario de confianza, Juan Pizarro Sánchez, un permiso “especial” por un mes para que vendan sus productos.

En reiteradas ocasiones, sobre todo en pleno estado de emergencia sanitaria, el burgomaestre ha utilizado los recursos del Estado para erradicar a los informales de las calles mediante operativos; sin embargo, a 22 meses y medio de gestión edil, la población no observa que no se han logrado los resultados deseados.

Incluso, la ciudadanía opina que el mismo alcalde se trae abajo el trabajo de contener la expansión del coronavirus al permitir que los ambulantes se aglomeren en el borde de la acera, impidiendo en más de una ocasión el libre tránsito de las personas.

Estos tumultos, ocasionados por la autoridad edil, permitiría que se incrementen los casos del coronavirus porque ninguno de ellos tiene un plan de contingencia sanitaria o, llamado también para los formales, el Plan para la Vigilancia, Prevención y Control del covid-19 en los trabajadores ni mucho menos tienen un lavadero la mayoría portar inadecuadamente su mascarilla.

Pese a que se inició la recolección de firmas para su revocatoria en contra del alcalde de Tumbes, la ciudad no ha mostrado un crecimiento sustancial de acuerdo a las promesas de Jimy Silva en campaña, las mismas que se empolvan en su plan de trabajo mostrado en el 2018.

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