Los vecinos del barrio de Buenavista Baja, en el distrito de Corrales, llevan casi 15 años lidiando con el colapso de los buzones de desagüe, sin que hasta la fecha las autoridades competentes hayan mostrado un verdadero interés en resolver este grave problema de salubridad. La situación es crítica: calles inundadas de aguas residuales, malos olores constantes y un peligro latente de enfermedades para todos los habitantes del sector.
A pesar de los constantes reclamos, la empresa Agua Tumbes, encargada de la gestión del sistema de agua potable y alcantarillado en la región, ha mostrado una preocupante inoperancia. Los habitantes de Buena Vista Baja denuncian que, durante años, la empresa no ha realizado el mantenimiento adecuado ni ha ejecutado obras de infraestructura que solucionen de una vez por todas este problema.
La falta de acción también es evidente por parte de la Fiscalía del Medio Ambiente, la Defensoría del Pueblo, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), la Municipalidad de Corrales, la Dirección Regional de Salud (DIRESA) y la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (SUNASS). Todas estas entidades, llamadas a proteger el bienestar de la comunidad, han optado por “dormir en sus laureles”, ignorando el clamor de los vecinos.
El alcalde de Corrales, Jorge Ordinola, ha sido uno de los más criticados por los habitantes del barrio, quienes señalan su falta de compromiso y liderazgo para resolver esta problemática que afecta gravemente la calidad de vida de su comunidad. En repetidas ocasiones, el alcalde ha prometido soluciones que nunca llegan, mientras los ciudadanos continúan enfrentando esta situación sin recibir apoyo real de ninguna autoridad.
La comunidad de Buena Vista Baja demanda una intervención inmediata, no solo de Agua Tumbes, sino también de todas las instituciones involucradas, para poner fin a 15 años de inoperancia y abandono. La salud pública y el bienestar de los ciudadanos no pueden seguir siendo ignorados.