Una semana de pestilencia por abandono de las autoridades

En el barrio Cabeza de Vaca, distrito de Corrales, los vecinos ya no saben si vivir ahí es un derecho o un castigo. Desde hace más de una semana, una enorme laguna de aguas negras y pestilentes se extiende en plena quebrada, producto del colapso de un buzón de desagüe que nadie ha venido a reparar.

El olor es insoportable, las moscas invaden las casas, y la empresa Agua Tumbes brilla por su ausencia.

Los pobladores están desesperados. Han llamado, han reclamado, han suplicado. Pero nada. La empresa de saneamiento parece haber hecho oídos sordos a la emergencia sanitaria que se vive en el sector.

«Actúan solo cuando salen en su medio, sino no nos hacen caso», reclamó con indignación uno de los moradores, quien ya no aguanta más el hedor ni el riesgo para la salud de su familia.

Una semana entera y ni siquiera han mandado un camión hidrojet. Ni una cuadrilla. Ni una señal de que les importa lo que está pasando en Cabeza de Vaca.

Pero la tragedia no termina ahí. En el sector El Arenal, a lo largo de la avenida Prolongación Jorge Chávez, otro buzón colapsó y las aguas servidas ya se están filtrando directamente hacia el canal de regadío.El mismo canal que surte a campos de cultivo, el mismo que corre cerca de viviendas. 

Mientras las familias de Cabeza de Vaca y El Arenal conviven con moscas, malos olores y el miedo constante a enfermarse, Agua Tumbes guarda un silencio sepulcral. 

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