El hombre fue detenido hace un mes en Tumbes al ser investigado por múltiples crímenes
En una escena escalofriante se convirtió el cuarto donde pernoctaban tres amigos, al parecer cómplices de una banda criminal en Ecuador, cuando fueron acribillados por sicarios que irrumpieron su domicilio para acabar con su vida.
Entre los fallecidos figura, José Fernando Seminario Inga, de 20 años de edad, alias “Gatito”, quien hace un mes fue detenido en Tumbes, por estar vinculado en crímenes y atentados en la ciudad, donde falleció una mujer identificada como, Nelly Cruz Olaya; pese a las pruebas que la Policía tener fue liberado y ahora es encontrado muerto en Ecuador.
Junto a alias “Gatito”, se encontró sin vida a Carlos Andrés Guaylupo Vasconez, de 28 años, alias “Ruso” y Francisco Frainer Mongue Delgado, (51), quienes estarían vinculados a delitos de lesa humanidad en ambos países.
Según versión de los vecinos, dos camionetas estacionaron frente a la vivienda donde pernoctaban los hombres, al promediar las 3:00 de la madrugada, bajaron varios encapuchados y vestidos con prendas similares a los uniformes de la Policía ecuatoriana.
En un primer intento, los atacantes trataron de derribar la puerta principal de la casa. Al no lograrlo, utilizaron una escalera metálica para acceder al balcón y forzar la entrada por el segundo piso.
Una vez dentro, se dirigieron directamente al cuarto donde dormían las víctimas y los ejecutaron a sangre fría. Luego, huyeron rápidamente en los mismos vehículos, con paradero desconocido. Minutos después, agentes de la Policía llegaron al sitio tras recibir una alerta.
Al ingresar a la vivienda, hallaron los tres cuerpos sin vida en la habitación. Uno de ellos permanecía sobre la cama, en la posición en que dormía, por lo que, al parecer, no les habrían dado tiempo para defenderse.
Entre las víctimas estaba alias “Ruso”, quien tenía antecedentes penales y se movilizaba en silla de ruedas tras haber sobrevivido a un atentado anterior, en el que murió su hermano, un presunto sicario conocido como “Pepito”.
La Policía ecuatoriana investiga a través de las cámaras de seguridad la identidad de los atacantes, así como rastrear el vehículo en el que se trasladaban los sicarios.