El Holandés Errante, uno de los barcos fantasma legendarios, que aparece durante las noches tormentosas, en medio del mar, navegando sin rumbo porque a eso fue condenado, y que aparece a los viajantes al borde del naufragio para recordarles su destino.

No puede tocar tierra, el Holandés Errante nunca llegará a un puerto, como Sísifo subiendo la roca, este barco y su historia están condenados a repetirse, una y otra vez, a lo largo de los siglos.

Tal es su maldición, nadie puede salvarlo, y solo se mantendrá vivo en la mirada de los otros, en aquellos que se topan, alguna vez, con el barco andando a la deriva, para luego desaparecer. Su rendición no será lograda.

1. Una leyenda inconclusa:

Hendrik Van Der Decken es el nombre del marinero que capitaneaba el barco que luego fue conocido como el Holandés Errante.

Corría el año 1641 cuando Hendrik regresaba a Amsterdam, desde la India, y topó con una cruel tormenta que terminó por hundir el barco.

La leyenda varía desde este punto, algunos dicen que en verdad no naufragó, sino que hizo un pacto con el diablo para salvarse él y su tripulación, y que por ello mismo Dios lo condenó: se salvaría, sí, pero no podría pisar tierra, y su vida entera la pasaría en el mar, errando.

Otros dicen que no se trataba de Van Der Decken, sino de Bernard Fokke, también marinero del mismo siglo, el marinero más veloz de su época y de quien se creía que había hecho un pacto con el mismo lucifer.

Un día no se le vio más, por lo que se supuso que el diablo se lo había llevado. En todo caso, se trate de Van Der Decken o de Fokke, a diferencia de lo que ocurre en la ópera de Wagner, el Holandés Errante no ha encontrado su redención, por lo que se supone que sigue vagando por el océano, y cualquier marinero puede encontrárselo un día.

Y vagará siempre en medio de la peor de las tempestades, las más violenta. La más oscura. Y todo aquel que se cruce con su terrorífico navío, moriría sólo con verlo, porque el Holandés se alimentaría únicamente de hierro candente y de hiel. Aterrador, no hay duda.

2. Lo que dice la ciencia:

La ciencia, siempre ávida en explicar lo inexplicable, ha intentado explicar este mito con sus avances. O, bueno, si bien no se ha dedicado específicamente a la leyenda del Holandés Errante, ha hecho un esfuerzo por explicar los avistamientos de barcos fantasmas que desde hace siglos reportan los marineros: naves que tan pronto se ven como desaparecen.

Según la ciencia, todo se debe a un fenómeno de refracción de luz llamado Fata Morgana.

Esto es, en esencia, como cuando vas por una carretera larga durante un día de sol fatigoso, y vez que las figuras se mueven o desdoblan en el horizonte.

Solo que, en el caso de los barcos, la luz se desdobla en el agua, lo que da la impresión de que un barco se mueve en la lejanía, y pronto desaparece. Pero hay un asunto que la ciencia no resuelve con esto, y es que la mayoría de los encuentros que los marineros han tenido con el famoso barco ha sido durante las noches, y en ratos de tormentas, lo que anularía esta teoría.

3. El Holandés Errante, la ópera de Wagner:

Como mito popular, la leyenda del Holandés Errante se remota hasta el siglo XVIII, pero fue en el siglo XIX cuando fue inmortalizado por primera vez, en una ópera de Wagner.

Se dice, de hecho, que el mismo Wagner casi se encuentra con el Holandés Errante durante un viaje tormentoso a París que casi termina en naufragio, y que fue durante esa tormenta cuando escuchó por primera vez hablar de este barco.

Esto inspiró a Wagner a escribir la famosa ópera que inmortalizaría esta leyenda, no solo por ser una composición fantástica, sino por llevar a todos los rincones de la cultura europea un mito que, hasta entonces, le pertenecía a los marineros.

Esta ópera, así como muchas frases de Richard Wagner, sería recordada por mucho tiempo.

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