Horas después de que el hospital de Tarapoto certificara su muerte por dengue hemorrágico, sus familiares aseguran haber escuchado movimientos dentro del ataúd y cuando lo abrieron, la mujer «tenía pulso».

El miércoles 20 de enero, a las 12:20 a. m., Lita Sajamí Ojanama, de 54 años, fue declarada muerta por los médicos del Hospital de Tarapoto, en la región San Martín. Ese mismo día, en horas de la noche, cuando velaban su cuerpo, los familiares decidieron abrir su ataúd porque creyeron que estaba viva.

«Yo le vi su mano, que estaba raspando la luna. Por eso rompí la luna de la tapa del ataúd», narró Winston, su hermano, sobre aquel momento de desesperación que vivieron él, sus parientes y amigos que habían asistido al velorio de Lita en Bellavista, ubicada a una hora y media en carro de Tarapoto.

¿Qué pasó con Lita? ¿Estaba viva realmente? Según la versión de la familia, mientras velaban su cadáver, Lita hizo algunos movimientos dentro del ataúd. Eso generó sonidos que alertaron a los presentes. La familia, entonces, quitó la tapa del ataúd para verificar el estado de la mujer.

«Ella rompió la bolsa (que se le pone a un cadáver) que estaba sellada. ¡Qué cantidad de fuerza ha hecho mi hermana! Tiene las manos moreteadas, las uñas moreteadas (sic). Es tanto lo que ha raspado cuando el ataúd estaba cerrado… Con la desesperación, murió mi hermana«, contó Winston.

Para su hermano, Lita estaba viva pero, al verse «encerrada» dentro del cajón, intentó salir de ahí debido a una presunta asfixia. Por eso, siguiendo el relato de su familiar, Lita rompió el plástico que la cubría (el cual se le colocó debido a los protocolos por la COVID-19) y rasgó la luna que forma parte de la tapa del ataúd.

El otro elemento que convence a la familia de que Lita estaba viva es que, cuando le pusieron un oxímetro en uno de sus dedos, este marcaba 52. Eso les hizo creer que tenía pulso, que estaba respirando, aunque con poco oxígeno debido a la aparente desaturación (una saturación considerada normal es entre 96 y 99).

«El oxímetro empezó a bajar… Marcó 49, 47, 46 y así, hasta cero, hasta que murió», señaló Winston. Es más, el hermano contó que un médico llegó a revisar si Lita tenía signos vitales. «El doctor había declarado que sí había signos de vida. Por eso, ellos mismos empezaron a reanimar a mi hermana, a apretarle el pecho porque sentían que estaba latiendo. Mi hermana recién estaba muriendo con la asfixia», indicó.

Se intentó conocer la versión del médico al que hacen referencia los familiares; sin embargo, hasta el cierre de esta nota, no pudimos contactarlo. Solo pudimos confirmar que la Red de Salud de Bellavista no envió ningún médico autorizado al velorio que haya comprobado que la mujer estaba con vida.

Familiares le midieron el pulso con un oxímetro a Lita, en pleno velorio. | Fuente: RPP Noticias | Fotógrafo: Cortesía

¿De qué murió Lita?

Según la doctora Jacqueline Castañeda, directora del Hospital II-2 Tarapoto, donde falleció Lita Sajamí, ella murió diagnosticada con dengue hemorrágico grave que fue confirmado mediante varios estudios clínicos que le hicieron a la paciente, incluidas ecografías y tomografías.

El martes 19, debido a la gravedad de su estado, fue transferida de Bellavista al hospital de Tarapoto, donde llegó a las 11:34 a.m. La muerte, de acuerdo a la versión de Castañeda, se certificó con base en evidencias.

La doctora Idania Pouza, que también trabaja en el hospital de Tarapoto, dijo en conferencia de prensa que el establecimiento médico cumplió con todos los protocolos mortuorios en el tratamiento del cuerpo de Lita Sajamí y que es «imposible» que haya estado con vida. Por esa misma razón, Castañeda y Pouza descartan una presunta negligencia médica en la certificación de la muerte, como deslizaron algunos familiares.

«El cuerpo pasó por el proceso mortuorio que implica la aplicación de formol, una sustancia que una persona con vida no podría soportar. Y también pasó por el taponeo de las fosas nasales y la boca», dijo Pouza.

Pero entonces, ¿es posible que el cadáver de Lita haya realizado movimientos o emitido sonidos dentro del cajón? Según Pouza, sí. «Existe el Síndrome de Lázaro, que hace que una persona muerta pueda presentar signos que pueden hacer creer que está viva. Hasta pueden hacer movimientos musculares. Recordemos que el cuerpo de la señora fue sometido a maniobras de reanimación cardiopulmonar. A veces hay latidos aislados. En la literatura médica se ha visto casos de cadáveres que ‘se sientan’ en el cajón en el que lo están velando», comentó Pouza.

Cuando la noche del 20 de enero, en Bellavista, la familia vio que Lita no reaccionaba tras su aparente «regreso» a la vida y tras «verificar» que había fallecido «otra vez», decidieron continuar con el velatorio. Y al día siguiente, el jueves 21 de enero, fue enterrada en el cementerio.

El ‘misterio’ del oxímetro

El hecho que hace creer a a la familia de que Lita estaba viva es lo que marcaba el oxímetro: 52 de saturación, es decir, para ellos «había» signos vitales.

Sin embargo, la doctora Pouza ensayó una probable explicación. «Si usted, ahora, se toma la saturación y marca normal. Luego se quita el oxímetro y se lo pone a otra persona, digamos, una fallecida, probablemente el aparato va a marcar lo mismo que marcaba anteriormente (con la otra persona) durante un tiempo, quizá medio minuto. No estoy diciendo que eso haya pasado, pero puede haber ocurrido así», señaló.

Pouza insistió en que el cadáver de Lita pasó por el proceso debido, lo cual eliminó las posibilidades de que haya tenido vida. «Después que se certificó la muerte, todo ese tiempo el cadáver estuvo bajo la vigilancia de un profesional de la salud. Después pasó a la morgue y de ahí a la funeraria. Los familiares fueron informados de todo el proceso», comentó.

Winston, dolido y contrariado, no piensa hacer denuncia alguna. «No hay apoyo para hacer la denuncia. En la Fiscalía, cuando pedimos seguir las investigaciones, nos dijeron que están ocupados. Nos han dicho que debemos tener de 4 a 5 mil soles y por una firma nos han pedido 100 soles, por eso decidimos no proceder. Acá todo es plata, todo es corrupción. Si no hay plata, te mueres”, manifestó.

El hermano contó, además, que les han pedido asumir el costo del traslado y la necropsia en el Instituto de Medicina Legal de Tarapoto. Pero para la familia, la historia ya se terminó. Lo dejarán así. «Ya solo Dios sabe. Por eso le hemos dejado a mi hermana que descanse en paz», finalizó.

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