Se dice que la momia de Rosalía Lombardo, una niña italiana que murió poco antes de cumplir sus dos años en 1920, es la más hermosa del mundo. Pero, además, hay otro atributo que tiene el cuerpo intacto de esta pequeña que causa escalofríos y que ha sido visto por miles de personas a través del tiempo. Es que ella, aún sin vida y momificada, parpadea.

Hay imágenes de esta niña en las que abre y cierra los ojos, tomadas durante horas con la técnica de cámara rápida.Por si uno creyera que puede tratarse de un truco, hay muchos testigos que dan fe del fenómeno, analizado también por la ciencia.

Rosalía Lombardo era una niña de una familia siciliana que murió a poco de cumplir dos años de vida. Nació el 13 de diciembre de 1918, pero un tiempo después enfermó de neumonía y falleció el 6 de diciembre de 1920. El amor de su padre por ella era tan grande que trató de mantener su cuerpo intacto y cerca de él, según lo que cuentan las crónicas de la época.

La perfección con la que se conservó el cadáver hizo que fuera bautizada entonces como la «Bella durmiente». Para su embalsamamiento se utilizó una técnica experimental que, incluso, llegó a dejar intactos los órganos de la niña, según consigna el medio mexicano Cultura Colectiva.

Un embalsamamiento perfecto

El trabajo sobre el cuerpo de Rosalía lo hizo el prestigioso químico, taxidermista y embalsamador italiano Alfredo Salafia. Y la tarea fue tan bien ejecutada que, muchos años después, un equipo de expertos en la materia trató de analizar el método utilizado por el químico para lograr que la pequeña pareciera, décadas después de su deceso, que simplemente se encuentra dormida.

Descubrieron que la fórmula utilizada para el embalsamamiento fue una mezcla de formol diluido en agua, que actuaba como desinfectante. La preparación también contenía alcohol, ácido salicílico -para combatir los hongos-, sales de sinc y glicerina para que la piel no se seque demasiado. Además, el clima seco de esa zona de Italia y las condiciones de su ataúd ayudaron a que los órganos se conservaran de manera extraordinaria.

Por muchos años, el cuerpo estuvo a la vista de todos en la Capilla de los Niños, ubicada en las Catacumbas de los monjes capuchinos de Palermo, un lugar destinado al último descanso de la aristocracia de la ciudad de Sicilia. Allí es donde muchos de sus visitantes la vieron parpadear, y la historia de la momia que abre y cierra los ojos fue tomando una dimensión de leyenda.

Santa Rosalía

Una de las versiones que ganó popularidad con el paso del tiempo es que la pequeña Rosalía es una reencarnación, o una presencia de Santa Rosalía, una figura religiosa muy importante de Palermo. Se dice esta santa fue llevada a una cueva por un grupo de ángeles, y allí vivió toda su vida como ermitaña, hasta que murió en el siglo XII.

En el siglo XVII, cuando una plaga azotaba Sicilia, Santa Rosalía se le apareció a un poblador y lo guió hasta la cueva donde su cuerpo permanecía intacto. Cuando este hombre llevó el cadáver de Santa Rosalía a la ciudad, la plaga desapareció.

Hasta no hace muchos años, parte de la gente que visitaba las catacumbas creía que Rosalía era la representación del regreso de Santa Rosalía a Palermo. Para los que quieren depositar su fe en esta historia, el parpadeo de la momia «más hermosa del mundo» es una prueba de que el retorno de la santa puede ser real.

Puestos a resolver el misterio del parpadeo, los científicos plantearon que el extraño suceso puede ser provocado por los efectos de la luz natural al ingresar al recinto y la humedad del lugar. Sin embargo, tampoco son suficientes estas suposiciones para ofrecer una explicación racional del fenómeno que todavía asombra al mundo.

Exit mobile version