Un grupo de investigadores italianos ha logrado descifrar qué se esconde detrás de la carta de una una monja que afirmaba haberla escrito en plena posesión demoníaca

Después del estreno de The Conjuring 2, que se basaba en uno de los casos más famosos del mundo paranormal: el poltergeist de Enfield, la historia de una niña poseída por un demonio en su casa, que dio la vuelta al mundo. La película nos presentó a Valak, un demonio siniestro que se vestía de monja como quien hace cosplay y se viste de Pikachu, y cuyo único propósito era aterrorizar al personal (y si la ocasión lo tercia, empalarlos en alguna parte). La criatura es ciertamente lo peor, y no hace ascos a la hora de escoger a sus víctimas.

Sabemos que este tipo de personajes de pesadilla son ficción y producto de la imaginación de algún escritor perverso y retorcido que quiere hacernos sufrir como puede ser Stephen King (que probablemente esté tranquilamente en su casa en ropa interior partiéndose de risa mientras escribe su novela más terrorífica hasta la fecha, el hombre tiene un don). Sin embargo, la cosa cambia cuando la realidad supera a la ficción. Y es que, ¿sabíais que una monja terrorífica y siniestra existió en la vida real?.

Hay veces que la realidad se convierte en pesadilla. Alrededor del año 1600, una adolescente llamada Isabella Tomasi se unió al convento de *Palma di Motechiaro, en Sicilia. La joven, de 15 años, cambió su nombre a Maria Crocifissa della Concezione. Hasta aquí, todo bien. La joven comenzó su pacífica vida en el convento, dedicada a la oración y a la reflexión. Pero, algo cambió en 1676. Una noche, sus compañeras la encontraron en el suelo cubierta de tinta, procedente de una carta que había escrito. El suceso no habría tenido nada de relevante salvo porque se decía que la joven monja había escrito una siniestra carta mientras estaba siendo poseída por el mismísimo Diablo.

¿Qué hacer cuando una monja afirma que el Diablo había hecho uso de sus manos para escribir una carta? Lógicamente, querer descifrarla. No solo las monjas del convento vivían con miedo, sino que Italia y el mundo entero quisieron descifrarla. Sin embargo, era demasiado compleja para la época en que fue escrita.

Han pasado más de 300 años, y finalmente se ha descifrado el contenido de la carta, gracias a la tecnología moderna. Un grupo de científicos italianos, del Centro Científico de Ludum, en Catania, decidieron ponerse manos a la obra para descifrar la siniestra misiva. Para ello, utilizaron tecnología similar a la que los ‘hackers’ utilizan para adentrarse en lo más profundo de Internet; además de sus conocimientos en lenguas antiguas como pueden ser el latín, el griego antiguo o el árabe. El uso de estas lenguas no es casual, y es que la propia Maria era una experta lingüista.

Al final, el trabajo duro del equipo de Ludum dio resultado y la han conseguido descifrar. Parte del contenido de la carta eran palabras al azar e incoherentes, aunque otras sí tenían sentido. Gran parte de la misiva hablaba de cómo Dios era en realidad un invento de la Humanidad, que Jesús y el Espíritu Santo eran más bien una lacra en cuestiones divinas y de religión, y que era posible que existiese el río Estigia (de la mitología griega, era un río que actuaba de límite entre la tierra y el mundo de los muertos, por el que los muertos cruzaban en una barca guiada por Caronte).

Pero, ¿cuánto de verdad podría haber en la carta? Pues depende, porque parece ser que se decía en documentos del convento que a la tal Maria le encantaba llamar la atención. La monjita estaba día sí día también gritando y con supuestos ataques de pánico, desmayos junto a altar o exclamaba que el Diablo la estaba intentando volver en contra de Dios cada dos por tres. Vamos, que si nos creemos que esta mujer estaba más aburrida que una ostra y un poco harta de la vida del convento, casi que no hace falta descifrar el resto de la carta. Podría ser eso, o que Maria tenía en realidad problemas mentales, que le provocaban alucinaciones; de ahí que pudiese creer que estaba conversando con el Demonio.

Sea lo que sea, estas dos opciones suenan muchísimo mejor que pensar que hay una carta demoníaca y siniestra por ahí, ¿verdad? Bueno, pues por si acaso, que sepas que la secuela de la saga The Conjuring, titulada “The Nun” (“La Monja”), se inspiró en esta carta.

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