El teatro, o las artes escénicas, son una expresión cultural que estamos obligados a preservar, que no debería perderse, porque hace posible exponer, dar a conocer las tradiciones, costumbres y la cultura de cada país, o de cada región en donde es que se realizan representaciones. Pese a todo, sobretodo a la Pandemia, el teatro peruano logró surgir y evolucionar.

Recuerdo una noticia publicada hace seis años en el diario Gestión que contaba que nuestro país estaba bastante lejos de convertirse «en una meca teatral». Por entonces existían 96 salas teatrales disponibles, pero más de la mitad estaban en Lima, en cinco distritos de la capital: Miraflores (18), Cercado de Lima (14), Barranco (7), Jesús María (6) y San Isidro (5), concentraban la mayor cantidad. Lima, en su conjunto, agrupaba 67, los otros 29 se distribuían en los demás departamentos del Perú.

Si Puno causaba admiración y sorpresa por contar con 6 recintos teatrales, lo que sin duda llamaba la atención sobremanera era que una región como Tumbes, que tuvo uno, ya no lo tuviera por una pésima gestión municipal que acumuló deudas con el entonces Seguro Social de Salud que terminaron afectando dicha infraestructura. 

Construido en 1985, con el nombre de «Cine Teatro Municipal Alfonso Vinces Davis», nuestro cine teatro contaba con una capacidad de aforo de 1,200 personas, 800 butacas en platea y 400 en mezanine. Ubicado entre la avenida Piura y el Paseo Los Libertadores, en el corazón de Tumbes, su por entonces portentosa infraestructura nos hacía sentir lo suficientemente importantes como para creer en lo que éramos, y para construir, a partir de eso, cultura a través de las distintas expresiones artísticas y culturales que dicho recinto atestiguo. 

En 1998 dejó de funcionar como consecuencia de, entre otros problemas, un sobreendeudamiento por el incumplimiento de los pagos al Seguro Social. Fue entonces embargado y cerrado. Después de un amago de rehabilitación en 2003 ya no pudo volver a funcionar por su estado ruinoso. En 2010 se estimaba que para su rehabilitación se necesitaban por lo menos S/ 2 millones; y claramente del concurso del sector privado. 

Después de superar esta pesadilla llamada Covid19, necesitaremos de espacios como el teatro para continuar trabajando en nuestra identidad cultural. Pero el teatro necesita también de nosotros. Un patronato no sería una mala idea, pero de eso escribiremos luego. Que vuelva el teatro.

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