Ni los muertos pueden descansar en paz. Una tumba del cementerio municipal del cantón Camilo Ponce Enríquez, de la provincia de Azuay, en Ecuador, fue profanada el último fin de semana. El nicho  fue encontrado vacío y destruido, lo que dio lugar a que las autoridades acudan al lugar para verificar lo ocurrido.

El administrador del campo santo, Félix Merchán, informó al comisario municipal sobre la profanación de una tumba en la que desde el 2007 reposaban los restos de quien fue un ciudadano de nacionalidad peruana.

Durante la verificación se constató que efectivamente la lápida que cubría la bóveda había sido destrozada, utilizando posiblemente una comba  u otra herramienta contundente, revisando el féretro se observó que al cuerpo le faltaban las piernas.

Fuera del nicho  se encontró un par de zapatos, una camiseta y una mochila, sin que se haya precisado si formaba parte de la mortaja o fueron del o los que profanaron la tumba.

Lo cierto es que, tras destrozar el nicho, los profanadores rompieron también el ataúd en la parte que ocupaban las extremidades inferiores para extraerse las mismas. A lado del nicho profanado reposan los restos de Julio A. Barrera, quien falleció el 13 de agosto del 2007.

Dado lo reiterado de este tipo de hechos, se está solicitando para que el personal de la Policía Judicial, DINASED o de cualquier otra unidad especializada, investigue y de con el paradero de quienes están incurriendo en este tipo de acciones.

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