Las autoridades rusas de ocupación en el sur de Ucrania llamaron el martes a no ceder al «pánico» aunque las fuerzas de Moscú hayan retrocedido frente a la contraofensiva de las tropas ucranianas en la región de Jersón.

Desde principios de septiembre, las fuerzas ucranianas ya infligieron una serie de reveses a los rusos en el noreste y el este.

El gobernador de ocupación impuesto por Rusia en Jersón, Vladimir Saldo, fue el primero en admitir un «avance» de los ucranianos, específicamente mencionando la pérdida del control de la localidad de Dudchany, aunque afirmó que la aviación rusa frenó a las tropas de Kiev, según una entrevista publicada el lunes en su canal de Telegram.

Su adjunto Kirill Stremusov, dijo en redes sociales el martes que el avance ucraniano había sido frenado y que no hay que entrar en «pánico».

El canal ruso Rybar que sigue los movimientos de las tropas de Moscú reveló que los ucranianos avanzan en Arkhanguelske y Dudchany con el objetivo de «cortar el aprovisionamiento de los grupos rusos que están en la ribera derecha del río Dniéper».

Según estimaciones occidentales y de Ucrania, en esta zona habría desplegados unos 20.000 soldados rusos.

Las fuerzas ucranianas concentraron en las últimas semanas sus fuerzas contra las posiciones y los depósitos de los rusos en la ribera derecha del Dniéper y en los puentes de este río para cortar las líneas de aprovisionamiento.

– Nuevas localidades liberadas –

El presidente Ucrania, Volodimir Zelenski afirmó en su alocución del lunes en la noche que «nuevas localidades fueron liberadas en varias regiones».

«Cada vez más seguido los ocupantes buscan huir, cada vez se infligen más pérdidas al enemigo», agregó.

Desde hace días, se publican en línea videos de soldados ucranianos izando su bandera en localidades del norte de la región de Jersón.

Las tropas rusas controlaron al inicio de la invasión contra Ucrania la ciudad de Jersón, que es la única capital regional que han logrado capturar.

Se estima que un 80% de la región está bajo el control de los rusos.

Tras una serie de reveses en el norte y en el este, el presidente ruso, Vladimir Putin decidió anunciar la anexión de Lugansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia, cuatro regiones ucranianas que están bajo control parcial de Rusia y decretó una movilización de cientos de miles de reservistas.

Al día siguiente de la ceremonia para oficializar la anexión, Zelenski anunció que sus fuerzas retomaron el control de Limán, una localidad estratégica porque es un nudo ferroviario clave del este de Ucrania.

La movilización de reservistas en Rusia se desarrolló de forma caótica generando críticas por la convocación de personas que debían estar exentas por motivos de salud o por cuestiones familiares.

Además este llamado generó protestas en Rusia y un éxodo de hombres en edad de combatir, que llevó a decenas de miles de personas a huir hacia países como Kazajistán, Mongolia o Finlandia.

– Más de 200.000 efectivos reclutados –

Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Sergéi Shoigu, alabó el proceso, afirmando que desde que se emitió la orden de alistamiento el 21 de personas más de 200.000 efectivos integraron el ejército.

«A día de hoy, más de 200.000 personas se han alistado en el ejército», dijo Shoigu en una reunión, citado por las agencias de noticias rusas.

Shoigu indicó que los efectivos movilizados están siendo entrenados en cerca de 80 terrenos militares y seis centros de formación.

Putin, por su parte, prometió defender los territorios anexados, agitando la amenaza de recurrir incluso al uso de armas nucleares e instando a Ucrania a cesar los combates.

Por su parte Zelenski contestó el viernes afirmando que no negociará con Rusia mientras Putin sea presidente.

Los occidentales en tanto, han reiterado su compromiso de apoyar a Ucrania, enviando armas y municiones modernas que han generado grandes pérdidas a las fuerzas rusas.

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